En el total estatal, las 211 muertes que se han producido por ahogamiento a lo largo de los primeros seis meses del año suponen un incremento del 67,5 por ciento respecto al mismo período de 2015, en que se produjeron 126 fallecimientos en este ámbito.

En Castilla y León, la cifra es de 18, lo que supone un 8,5 por ciento del total estatal y la sitúa como la quinta Comunidad con mayor número de fallecimientos de este tipo, por detrás de Canarias, Galicia, Andalucía y Comunidad Valenciana.

La subida en 85 del número de muertos que se han dado entre el 1 de enero y el 30 de junio este año respecto al anterior supone que el nivel de fallecidos se ha colocado en datos del 31 de julio de 2015.

Este "dramático incremento" de víctimas mortales en espacios acuáticos españoles es, a juicio de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, "la demostración de la falta de atención institucional sobre esta causa de muerte", ya que "a las puertas del mes más habitualmente trágico del año, el de julio, ya se ha alcanzado el mismo número de fallecidos que el último día de julio del año pasado y se repite la misma actitud de la Administración que entonces", según ha expresado su presidenta, Isabel García Sanz.

Del total estatal, el 46,9 por ciento de los fallecimientos (99), se produjeron en playas; el 23,7 por ciento (50 casos) en ríos, el 3,8% (8) en piscinas, y el resto, el 25,6% por ciento (54 muertes), en otros espacios acuáticos, en los que no había vigilancia de servicios de salvamento y socorrismo en el 91,5% de los sucesos.

En 162 casos, el 76,8%, los fallecidos eran españoles y los 49 restantes, el 23,2%, de nacionalidad extranjera, más de la mitad de ellos de procedencia europea, mientras que el 83% (175) eran hombres y el 17% (36), mujeres.