La diócesis de Valencia, y en menor medida las de Madrid y Almería, son las que presentan mayor resistencia ante los apóstatas. Los ciudadanos que se dirigen a sus parroquias para negar públicamente su fe cristiana, se encuentran con la negativa de los sacerdotes para borrar sus datos personales de los libros de bautismo. Así lo reconocieron ayer   los responsables de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), organismo al que desde el 1 de enero del pasado año se han dirigido más de cien personas que consideran que las diócesis vulneran sus derechos a cancelar estos datos.

Una información histórica

Frente a este derecho ciudadano, que permite a las personas solicitar la cancelación de sus datos personales de cualquier registro, algunas diócesis están alegando que se trata de datos históricos inscritos hace años y excluidos del ámbito legal.

En 1979, el Estado español firmó un acuerdo con la Santa Sede por el que se comprometía a «respetar y proteger» la inviolabilidad de los archivos y documentos pertenecientes a la Conferencia Episcopal. En este sentido, las informaciones contenidas en los libros de bautismo no pueden ser borradas, por lo que la Iglesia española opta por anotar junto al nombre del bautizado que ha decidido apostatar.

Aunque algunas diócesis no hacen estas anotaciones al margen, la AEPD recuerda que es una obligación que deben atender.

Apostasía en el congreso

Isaura Navarro. Diputada de IU, 33 años. «La iglesia vulnera un derecho fundamental»

Me parece insuficiente que en los documentos de la Iglesia al lado de mi nombre ponga que he solicitado la apostasía. Eso es lo que la Agencia de Protección de Datos le pide a la Conferencia Episcopal. Pero, ¿dónde está la sanción? La mayoría de las diócesis se resisten a poner ese sello y ninguna borrará nunca los datos.