El ex Kortatu Fermín Muguruza vuelve a Madrid este jueves, dentro del festival Cultura Inquieta de Getafe –después de doce años sin poder tocar allí–, para iniciar una serie de conciertos en el País Vasco (1, 2 y 6 de julio) y Barcelona (8 de julio) junto a la New Orleans Basque Orkestra, una fusión de estilos sorprendente. Sus palabras llenas de ilusión hacen ver que es este artista multidisplinar sigue enamorado de su trabajo.

¿Cómo surge la idea de estos conciertos?

Siempre me ha gustado ofrecer cosas distintas y no quiero hacer giras como las que hacía antaño. Esto tiene relación con el artefacto transmedia que es Black is Beltza, que tiene diferentes extensiones como un libro, una exposición que está ahora mismo en Barcelona [Arts Santa Mònica]… También con Nola!, la película que hice durante mi viaje a Nueva Orleans. He juntado músicos míos, vascos, con los de allá. Tocamos temas de la época de Kortatu, Negu Gorriak y mi carrera en solitario, pero también temas clásicos de su cultura.

¿Cómo ha sido la sintonía entre los músicos vascos y los neorleanos?

He vivido un tiempo allí y, tras haber grabado la película, tengo muchos amigos y cómplices musicalmente hablando. Fui pensando quienes podían agregarse a este concierto y se unieron. Son los músicos perfectos para darle ese sabor a la banda.

Habla de Nueva Orleans como un pueblo reivindicativo, que surge de las cenizas del Katrina. ¿Qué tenemos que aprender de esa ciudad?

Una gran enseñanza para mí es que tienen un sentimiento de comunidad muy fuerte y que cada persona es imprescindible para ella, están orgullosos de pertenecer y contribuir. Sin ese trabajo hubiera sido imposible levantar la ciudad después del Katrina. Las administraciones lo abandonaron completamente, hubo muchas negligencias, pero la gente dijo que lo iban a reconstruir y lo hicieron. Son un crisol de culturas, tienen una cultura sobre la muerte impactante, sobre la idea de celebrar lo que ha sido la persona en vida.

Lleva doce años sin poder tocar en Madrid por distintos vetos y presiones. ¿Cree que a partir de ahora tendrá más libertad?

He estado doce años sin poder tocar con mi banda, pero sí que he hecho acciones de guerrilla, apoyando distintas causas. Ya toqué en el Cultura Inquieta hace dos años acompañando a Manu Chao y el director del festival me dijo que querían contar conmigo. Estoy realmente encantado. ¿Quiere decir esto que esa ‘santa inquisición’ va a desaparecer? No lo creo, viendo la Ley Mordaza o los resultados de las últimas elecciones… Me da mucha pena que siga ocurriendo y que haya listas negras de artistas. Espero que algún día se acabe la censura y esta etapa sea recordada como una época negra en el sentido de la censura.

En los últimos años se ha descubierto como realizador de películas, exposiciones, etc. ¿Se siente más cómodo en esa faceta que en la de músico?

He ido compaginando mi trabajo como músico con mi labor de documentalista, en actividades paralelas… Me encanta porque me da mucha libertad, no estoy artísticamente encerrado en un solo proyecto. No es que lo pase mejor haciendo una cosa u otra, sino que son complementarias, ahora no podría dejar ninguna de lado.

¿En qué proyectos se embarcará ahora?

Pues estoy intentando encontrar financiación para hacer una película de animación de Black is Beltza. Este proyecto tiene un coste altísimo y una producción larga. Me gustaría tenerla para septiembre de 2018, sería un año y medio de trabajo duro como mínimo. Imagínate que marcas me estoy dejando para el futuro [risas].