Las provocaciones filosóficas y políticas del irónico Ed Koren, dibujante del teatro humano

  • Sutil pero sagaz cronista de las neurosis contemporáneas, el veterano dibujante expone una retrospectiva de una carrera que comenzó hace casi 60 años.
  • Conocido por las más de 1.500 ilustraciones satíricas que ha firmado para 'The New Yorker', Koren opina que el mundo es una 'colección de minidramas'.
  • 'Todo tipo de maravillosos momentos de una inagotable comedia de costumbres suceden delante de mis narices', dice.
'Nuestra intención es modernizarlos, pero manteniendo el aroma histórico'. Viñeta de Ed Koren
'Nuestra intención es modernizarlos, pero manteniendo el aroma histórico'. Viñeta de Ed Koren
Photo courtesy of the artist
'Nuestra intención es modernizarlos, pero manteniendo el aroma histórico'. Viñeta de Ed Koren

Un grupo de alegres animales del bosque —un zorro, un oso, un ciervo..., todos humanizados y desplazándose como seres bípedos— aguardan con civismo y tarjeta plástica en mano el turno para sacar dinero de un cajero automático encajado en el tronco de un robusto árbol; una pareja que acaba de comprar las ruinas de un templo clásico dice al arquitecto que dirigirá la reforma: "Nuestra intención es modernizarlos, pero manteniendo el aroma histórico"...

Son dos de las decenas de miles de ilustraciones y viñetas que ha firmado desde hace 56 años el dibujante Edward Koren (1935), uno de los artistas más respetados del gremio en los EE UU, donde ha afianzado una merecida fama de agudo y sagaz crítico de las neurosis contemporáneas, sobre todo desde las portadas y páginas del influyente semanario The New Yorker, donde ha colocado más obras que nadie, unas 1.500.

Cortesía de alto octanaje

Alabado como un provocador que prefiere la ironía filosófica al humor grueso, el artista protagoniza la exposición The Capricious Line (La línea caprichosa), una amplia antología de "minidramas", como llama a sus viñetas, casi siempre protagonizadas por seres, animales u objetos desplazados o sometidos a inesperadas o absurdas tesituras. "'Todo tipo de maravillosos momentos de una inagotable comedia de costumbres suceden delante de mis narices", dice con sencillez un artista que dibuja de la misma forma que se expresa, con cortesía pero de alto octanaje.

Armado con una sierra eléctrica y un hacha, un leñador se enfrenta a un árbol que le observa con cara de mala uva y promesa de pelea; un par de punquis contemplan con placer un cuadro de una escena de batalla histórica; en un paródico autorretrato, el dibujante aparece trabajando y rodeado de media docena de personajes que le preguntan idioteces"¿dónde está la gracia en esa viñeta?"— o le sugieren temas para un dibujo...

'Ironía crítica y astuta'

La exposición, que ha comenzado a itinerar por varios centros de arte y universidades de los EE UU —hasta el 18 de septiembre está en cartel en el Delaware Art Museum, contiene medio centenar de originales de Koren, a quien los organizadores atribuyen una mirada cargada de "ironía crítica y astuta", que le ha permitido opinar sobre temas complejos como la educación de los niños o la relación del hombre con la naturaleza sin buscar la confrontación, optando por la "agudeza psicológica y la provocación filosófica para provocar la risa y estimular el pensamiento", dicen los organizadores.

En alguno de los textos que ha escrito sobre su obra, Koren emplea la misma suave naturalidad. Afirma que ha heredado de su padre dentista, "el gusto por la artesanía y la atención al detalle" y que seguirá en la brecha todo el tiempo que pueda porque el "teatro humano" es demasiado rico en situaciones como para "permanecer siempre atento".

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