El descenso de la natalidad se deja sentir así ahora en los centros educativos, que ven este año cómo sus matrículas han descendido un 2,22% respecto a 2006.

Ahora bien, la obligatoriedad de los estudios también se deja sentir entre los alumnos. De hecho, la gran mayoría de estos estudiantes cursará Educación Secundaria Obligatoria. Y es que, al acabar la ESO son ellos quienes deciden si continuar o no con su formación.

Así, según los datos de este curso, sólo el 32% de quienes vuelven hoy a clase lo hará para empezar primero o segundo de Bachillerato.

Algo que después les servirá para acceder a la universidad o a cursos superiores de Formación Profesional.

Sin embargo, la mayor parte de los alumnos pontevedreses prefieren estudiar Bachillerato y no FP una vez concluye la ESO. El curso pasado, por ejemplo, fueron 10.951 los jóvenes que se matricularon en FP, frente a los 12.286 los que lo hicieron en Bachillerato. Esta decisión contrasta con el mercado laboral.

Según los propios docentes vigueses, el 70% de quienes deciden aprender un oficio logran trabajo en menos de seis meses. Por el contrario, un estudio realizado por la Universidad de Santiago asegura que, en el caso de los licenciados este tiempo varía entre los 18 y los 32 meses en función de la carrera.

Vuelve la selectividad

También hoy regresa la selectividad. Las pruebas de acceso a la universidad arrancan a las 10.00 horas con el análisis de texto en lengua castellana como primer examen.

En total, en Vigo se van a presentar hasta el próximo viernes un total de 630 estudiantes. Las calificaciones se darán a conocer el 28 de septiembre a través de Internet en la siguiente dirección: ciug.cesga.es.

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Las guarderías, a examen

El Concello y la Xunta van a realizar un estudio para analizar las necesidades reales de las guarderías públicas de la ciudad. Así lo anunció ayer el alcalde, Abel Caballero, que reconoció también que Vigo «no puede satisfacer todo lo que demanda» en lo que a plazas públicas en las Escuelas Infantiles se refiere. El objetivo para el Concello es acabar con la oferta «restringida» de estos centros, más económicos que los privados.