Sesiones de seis meses. «Lo que queremos es que los chavales abandonen ese tipo de grupos», explica la directora del centro Oikos, Inocencia Rincón.En estos momentos, diez jóvenes (de 12 y más años) procedentes de bandas como los Latin Kings van a terapia con sus padres para salir. Las sesiones son personalizadas, profundizan en por qué el joven se ha metido en la banda y dan pautas para dejarla y no reincidir.
El tratamiento dura entre seis meses y dos años. En ese tiempo, se intenta comprometer a los miembros de la familia para que se comuniquen más entre ellos.
«En muchas ocasiones, los padres acuden cuando los Servicios Sociales les dan un ultimátum», cuenta Inocencia Rincón.
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