Si algún viajero ha cruzado el océano hasta México este verano y se ha olvidado de traer algún regalito, hay una solución. Comprar algo de México aquí no es tan difícil. De hecho, se soluciona yendo a La Latina, a la tienda La Canasta Mexicana. Allí venden productos mexicanos, sobre todo comestibles, pero también una variedad de artesanías y utensilios tradicionales de la cocina mexicana.

«Traemos cosas que no se encuentran en otros lados de Madrid», dice Rita Sánchez Martínez, de 46 años, mexicana casada con un español y dueña de la tienda. En el establecimiento hay todo tipo de objetos y comidas exóticas. «Tenemos, por ejemplo, este molcajete de piedra volcánica», cuenta Rita mientras muestra una especie de mortero de piedra gris. «No sé qué es lo que tiene, pero le da un sabor distinto a lo que se cocina».

Entre tantas rarezas de la tienda que llaman la atención, hay una especie de minirrollo de paja al que los mexicanos llaman escobetas, que sirven para limpiar y para sacar bien la grasa de las ollas.

También hay comidas enlatadas raras aquí, en Madrid, como las cremas de Huitlacoche (el hongo del maíz); el Chilorio (una carne de cerdo deshilachada); golosinas dulces y picantes; o productos frescos y condimentos distintos como el tomate pequeñito con el que los mexicanos hacen las salsas, o las hojas de nopal, el epazote… En fin, todo lo necesario para vivir en persona la mágica y gastronómica novela de Laura Esquivel, Como agua para chocolate.