Ocho mineros se encerraron ayer, de forma indefinida, a 600 metros de profundidad en la mina La Camocha. Los trabajadores, miembros del comité de empresa, aseguraron que permanecerán dentro de la octava planta hasta que no sean atendidas todas sus reclamaciones.

Los motivos del encierro son dos. Por un lado, reclaman el pago del salario de agosto, así como la paga extra de enero. Los dueños de la explotación gijonesa  alegan que no han recibido la subvención estatal, y que por lo tanto no pueden afrontar el pago de los salarios en septiembre, tal como señalaron los sindicatos.

En segundo lugar, exigen conocer su futuro. La empresa finaliza su actividad el 31 de diciembre de 2007. Los representantes de CC OO comentaron ayer que el Plan del Carbón, firmado con el Ministerio de Industria, aseguraba un puesto en Hunosa a cada trabajador. «Quedan poco más de tres meses para que la mina cierre completamente y aún no hemos sido recolocados, afirmaron.

Pese a que son ocho los mineros que permanecen en la octava planta, los 160 trabajadores secundan la protesta y proveerán de comida y agua a sus compañeros huelguistas.

El miércoles se reúne en Madrid la comisión de seguimiento del Plan del Carbón. Se espera que hablen del tema de la explotación gijonesa. Los mineros, según sus propias palabras, no piensan salir hasta no tener un puesto de trabajo asegurado. «Podemos dilatar el encierro en el tiempo. Pero resistir sin cobrar, eso no hay quien lo aguante», reconocieron.

El primer encierro de su historia

Éste es el primer encierro dentro de la mina por parte de los trabajadores en la historia de La Camocha. Sin embargo, sí que han mantenido protestas de otro tipo. El pasado 6 de junio, unos cien mineros prejubilados se manifestaron frente al Ministerio de Industria, en Madrid, protestando por los «reiterados incumplimientos» de la empresa, que llevaba seis años sin pagarles su parte de la prejubilación, un 22% del total.