Según informa el Cuerpo Nacional de Policía, el origen de las amenazas fue una intervención policial llevada a cabo durante la Feria de Córdoba, tras recibirse una llamada en el 091 en la que alertaban sobre una fuerte discusión entre dos personas, una de las cuales esgrimió un arma blanca.

Así, una vez que los agentes llegaron al lugar, comprobaron que había un pelea y lograron calmar la situación, momento en el que fue detenida la persona que presuntamente había esgrimido el arma, que debió de ser asistida por los servicios sanitarios 'in situ'. No obstante, "comenzó a proferir fuertes amenazas graves contra uno de los agentes, en concreto el jefe del dispositivo", según la Policía.

Transcurridos unos días de los hechos relatados, el agente tuvo conocimiento sobre que dicha persona, junto a su hermano, "lo amenazaban nuevamente muerte, llegando, incluso, a colgar fotos portando armas de fuego en una red social junto a las amenazas y ofrecían dinero a quien les facilitara el domicilio particular del Policía".

Por todo ello, se puso en marcha una investigación, gracias a la cual se identificó plenamente a todos los implicados en los hechos, de modo que el día 10 fueron detenidas las tres personas y se realizaron tres registros domiciliarios, todos ellos en la barriada de las Palmeras.

Al respecto, los agentes intervinieron una escopeta repetidora, una escopeta de cañones superpuestos, 132 cartuchos de escopeta, cinco cartuchos de arma corta, una bellota hachís, dos espadas, un cuchillo japonés y un televisor de procedencia ilícita.