Pepi Murillo, madre de nueve hijos, pide que metan a uno de ellos en la cárcel tras quemar el sábado su vivienda con ella y dos de sus hijas dentro. Fue lo primero que hizo este hombre, de 40 años y ya detenido, nada más salir de prisión. Ocurrió en la barriada Juan XXIII donde los vecinos tuvieron que intervenir para que no le pegase a su propia madre. La víctima, que ha denunciado varias veces las palizas que recibe, teme que las autoridades no hagan nada «hasta que nos mate», dice Murillo. En el barrio tienen miedo de que la situación se repita cuando el presunto autor salga de nuevo de la cárcel.
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