-Candidato a la presidencia del Gobierno: Pablo Iglesias encabeza la lista unitaria de la coalición. Fue uno de los fundadores de Podemos a principios de 2014 y es secretario general del partido desde noviembre de ese mismo año, cuando fue elegido en un proceso de primarias. El recién elegido coordinador federal de IU, Alberto Garzón, va de número 5 de la lista por Madrid.

-Número de afiliados: Pese a tener dos años de vida, Podemos ya es el segundo partido en número de afiliados con 393.538 inscritos en la web de la formación, solo superado por el PP. No obstante, los activos, que son aquellos que han utilizado su cuenta en el último año, suman 207.060 personas). En cuanto a IU, tiene un censo de 22.000 militantes, más otros 48.000 simpatizantes a quienes Garzón quiere dar ahora más peso.

-Escaños en la última legislatura: Junto a sus confluencias territoriales, la formación morada obtuvo 69 escaños en las pasadas elecciones del 20 de diciembre, aunque después de que Compromís se pasara al Grupo Mixto al no lograr grupo propio, se quedaron en 65. Esa fue la primera vez que Podemos entraba en el Parlamento. En sus primeros comicios, las europeas de 2014, obtuvo, contra todo pronóstico, 5 diputados. En las elecciones andaluzas del pasado marzo consiguió 15 escaños, y en las autonómicas y municipales de mayo entró en 13 cámaras regionales y en multitud de municipios. IU, por su parte, entró en el Congreso en la IV Legislatura, tras las elecciones de 1989, con 8 diputados y el 8% de votos. En 1993 consiguió 15 escaños y en 1996 obtuvo el mejor resultado de su historia, 19 escaños y 2.342.789 votos (9,45%). El apoyo a IU empezó a descender en el año 2000 (logró sólo 8 diputados) y se desplomó en 2004 y 2008 (logró 2 escaños en sendas elecciones). En 2011 aumentó su representación hasta 11 escaños, pero volvió a caer hasta los dos diputados el 20-D, pese a tener casi un millón de votos en su candidatura de Unidad Popular, castigados por el actual sistema electoral.

-Posición según las encuestas: Tras su éxito inesperado en las europeas de 2014, Podemos empezó a registrar un ascenso imparable en los estudios demoscópicos, colocándose por delante del PSOE y llegando incluso a situarse como primer partido del país en intención directa de voto. Tocó techo a principios de 2015, y a partir de ahí registró una bajada paulatina hasta situarse en el 9,1% de los votos con 25 diputados, según la encuesta preelectoral del CIS publicada el 4 de diciembre. Sin embargo, los de Pablo Iglesias afrontaron la carrera  hasta el 20-D con espíritu de remontada, y finalmente se hicieron con la tercera posición, al lograr el 20, 66% de los votos. Seis meses después del 20-D y tras unas negociaciones fallidas, los sondeos mostraban un tirón de IU, pero Podemos volvía a flaquear... hasta que ambos anunciaron su coalición. Actualmente, las encuestas pintan un panorama alentador para Unidos Podemos, a quien la mayoría colocan en segunda posición en votos e incluso en escaños, por delante del PSOE.

Principales líneas de programa: Tanto la formación de Pablo Iglesias como la de Alberto Garzón mantendrán los mismos programas que presentaron a los comicios del 20 de diciembre. No obstante, han pactado 50 medidas como base programática para la próxima legislatura, que serían las principales líneas de actuación del gobierno al que aspiran. El nuevo modelo económico, la defensa de los servicios públicos, la regeneración democrática, los derechos sociales y la derogación de las normativas aprobadas por el PP (reforma laboral, ley mordaza, tasas judiciales, LOMCE) articulan el eje central de la propuesta, que aparca cuestiones como el modelo de Estado y el "proceso constituyente", pero mantiene apostar por la celebración de un referéndum en Cataluña. Se centra en medidas económicas y sociales como la renta garantizada, la subida del Salario Mínimo, una profunda reforma fiscal, crear una banca pública o la reforma electoral.

-A favor: La coalición electoral de Podemos, sus confluencias e Izquierda Unida constituye la gran novedad para el 26-J. La noticia les ha servido de revulsivo y les permite luchar mejor contra la abstención, justo cuando las encuestas empezaban a fallar a Podemos, que daba síntomas de desgaste. Se presenta como opción de cambio y alternativa a los partidos tradicionales. La polarización de la campaña electoral le está beneficiando en este sentido.

-En contra: Tras varios meses de duras negociaciones, Podemos ha perdido frescura, y muchos creen que ya no puede considerarse un partido emergente porque forma parte del sistema. Por otro lado, la alianza con IU le ha restado buena parte de la transversalidad que tanto preconizó, al ir en coalición con un partido tradicional a la izquierda del PSOE, en el que muchos, empezando por Garzón, se definen como comunistas. Otro factor que juega en contra es precisamente el complejo equilibrio entre ambas formaciones, que pretenden mantener su identidad y autonomía, y también entre las distintas sensibilidades dentro de Podemos.