Si Rivera e Iglesias llegaban, en su anterior cara a cara, como representantes de la nueva política y aspirantes a acabar con el bipartidismo, ahora llegan a este partido de vuelta convertidos en líderes de sus grupos parlamentarios en el Congreso, después de una legislatura corta e intensa en la que han mantenido sonados duelos dialécticos desde la tribuna.

El nuevo cara a cara ya no tendrá lugar en un bar de un barrio obrero de Barcelona sino en una sala de Madrid con vistas al Congreso de los Diputados. Sin embargo, sigue siendo un debate sin atriles, ni cronómetros, ni turnos pactados.

Los intentos fallidos por formar gobierno desde el 20D, los posibles pactos después de las próximas elecciones, su visión sobre asuntos como el drama de los refugiados, educación, recortes, políticas económicas o las relaciones con países que no respetan los derechos humanos serán algunos de los asuntos sobre los que debatirán los políticos.