Durante la comida y el baile, los solteros fueron entablando conversación y surgieron las primeras parejas. Un vecino de Andorra, Pascual Gómez, de 67 años y divorciado, fue el más lanzado y pidió en matrimonio a Amparo Arse, una colombiana de 55, cuya hija Andrea también hizo buena amistad con otro de los solteros.

Hubo muchos intercambios de números de teléfono e intención de volver a quedar en otra ocasión. El alcalde, Ricardo Lahoz, dijo que algunas mujeres eran «muy lanzadas», más que los hombres, y aseguró que, visto el éxito de la fiesta, le gustaría repetir la experiencia el próximo año.