Los hechos sucedieron en Marbella en mayo de 2013. El acusado, según los hechos probados de la sentencia del Juzgado de lo Penal, ahora confirmados por la Audiencia, estaba en su domicilio y aprovechó la circunstancia de que estaba realizando un tatuaje a la mujer para realizarle tocamientos.

Todo eso, "con el propósito de satisfacer sus deseos sexuales". Además, intentó separarle las piernas y apoyó su mano en el vientre para que no se moviera. A consecuencia de estos hechos, la víctima presentó lesiones en la zona abdominal y crisis de ansiedad, según se precisa en la resolución.

En un primer momento se le condenó por un delito de agresión sexual a tres años de prisión, pero la Sala ha estimado en parte el recurso presentado por la defensa y finalmente se le condena por un delito de abuso sexual a un año y medio de cárcel, manteniendo el resto de la pena.

El Tribunal de apelación considera que la declaración de la víctima es "clara y precisa", explicando que acudió al lugar donde trabaja el hombre para que le realizara un tatuaje y expone los actos que una vez allí el acusado realiza "sin su consentimiento y contra su voluntad".

Pero, la Sala no considera que el ponerle la mano en el vientre sea por sí mismo un acto de agresión "al carecer de suficiencia inmovilizante y de defensa" y siendo muy leve el daño físico.