Valencia acumula en un año 107 quejas al Síndic por problemas relacionados con el ruido

  • La contaminación acústica procede en la mayoría de los casos de casales falleros, locales de ocio y del botellón en la calle.
  • Los escritos al Defensor del Pueblo valenciano relatan "insorportables molestias acústicas hasta altas horas de la madrugada".
  • La problemática se enquista y la institución pide medidas legales al Ayuntamiento.
Jóvenes en un botellón en la calle, en una imagen de archivo.
Jóvenes en un botellón en la calle, en una imagen de archivo.
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Jóvenes en un botellón en la calle, en una imagen de archivo.

Los problemas que para los ciudadanos suponen las molestias por ruidos procedentes de la calle no siempre acaban plasmándose en una queja formal. Sin embargo, en otras ocasiones, los vecinos, hartos, recurren a instancias como el Síndic de Greuges. Esta institución ha tramitado 107 reclamaciones relacionadas con la contaminación acústica en la ciudad de Valencia desde mayo de 2015 hasta la actualidad, según los datos proporcionados a 20minutos desde la institución pública.

La práctica del botellón en diferentes zonas de la ciudad, el ruido que generan locales de ocio y las molestias acústicas que generan los casales y las verbenas en Fallas son los principales detonantes de estas quejas, tal y como consta en los escritos dirigidos al Síndic por parte de los vecinos.

En uno de ellos, el defensor del pueblo valenciano recomienda al Ayuntamiento que siga adoptando "todas las medidas legales a su alcance para eliminar o reducir al máximo las molestias generadas por la práctica del botellón en la zona denunciada por la autora de la queja". Otro informe hace referencia a la queja de un vecino de Valencia por las "insoportables molestias acústicas que padece en su vivienda hasta altas horas de la madrugada como consecuencia de la contaminación generada por el casal fallero, sobre todo los fines de semana".

En este último caso, el informe del Síndic recoge los efectos negativos que para la salud de las personas tienen los elevados niveles de ruido, así como la incidencia de estas molestias en derechos fundamentales como el de la protección de la salud, la inviolabilidad del domicilio o a la vivienda digna.

En otra queja fechada en septiembre de 2015 se hace referencia a las molestias por las verbenas que se celebran junto a la falla Cuba-Literato Azorín, "hasta las 4 de la madrugada sin respetar el límite máximo de decibelios". El Síndic pide que se rebaje el límite de 90 decibelios fijado hasta esa hora en el bando de Fallas, sobre todo por su afectación a "niños, mayores y enfermos" del vecindario.

Mediadores en las zonas conflictivas

El Ayuntamiento está trabajando con la Federación de Hostelería para implicar a los responsables de los locales nocturnos en solucionar los problemas de ruido que se producen en algunas zonas de la ciudad. Este plan contempla la creación de la figura del mediador nocturno y la obligación de los locales de controlar las entradas y salidas. En Ruzafa y El Carmen se ha reforzado el control nocturno de las terrazas, aunque se trabaja en total en cinco zonas de la ciudad, las consideradas más conflictivas.

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