Uno de los momentos más esperados por todos los niños en su infancia es la llegada del Ratoncito Pérez, tal y como se le conoce en España. La creencia en este pequeño roedor que recoge los dientes de todos los críos del mundo es universal aunque su nombre varíe levemente.

En Argentina, el pequeño Ignacio Gabrielli de 6 años esperaba ansioso por perder uno de sus dientes de leche para colocarlo bajo su almohada y recibir la mágica visita. Esta semana, mientras jugaba en el patio del colegio, una de sus piezas dentales que se encontraba ya floja desde hacía unos días se le cayó.

En ese mismo momento, decidió correr hacia su profesora porque algo terrible había ocurrido: había perdido uno de sus dientes y no lo encontraba para dejárselo como prueba al entrañable roedor. María Beatriz Jouve, la vice-directora del centro de Rosario dónde estudia Gabrielli, consiguió calmarlo escribiendo una entrañable carta.

"Dejo constancia que el niño Ignacio Gabrielli ha perdido su diente en esta institución educativa. El mismo estaba muy flojo, porque probablemente se ha caído entre las baldosas del patio", redactó Jouve.

Por si fuese poco y para que el remitente lo tuviese claro, la profesora añadió: "Se extiende el presente certificado para ser entregado al Sr. Ratón Pérez. Aprovecho la ocasión para manifestar que el niño Ignacio es un buen niño y nunca dice mentiras".

A 27 de abril de 2016, con el sello de la Escuela Provincial Nº 150 de la ciudad argentina y junto a la firma de la profesora, esta carta se ha hecho viral en las redes sociales por la ternura del acto. María Beatriz Jouve ha recibido numerosos mensajes aplaudiendo la iniciativa en Twitter.