Una treintena de comercios y pequeños negocios del Poblenou (según sus propios cálculos) llevan un año echando humo.

Unas obras de renovación de servicios ha alejado a clientes, obligado a algunos a trasladarse a otras zonas y al resto, a ingeniárselas para recibir suministros.

La calle Llull, la más perjudicada

La zona más perjudicada es el tramo de la calle Llull, comprendido entre las vías Zamora y Àlaba, aunque también se pueden observar problemas similares en la cercana calle Pere IV.

"Un tramo lo abren varias veces. Y la calle está llena de zanjas. Así no se puede trabajar", sentencia a 20 minutos Marcos Gallego, un vigilante que observa cada día cualquier avance (o retroceso), por pequeño que sea.

"El problema es que apenas hay nadie trabajando. Hoy hay tres operarios y quizá mañana no haya nadie. Y así va", afirma.

Bares, tiendas, oficinas… La lista es extensa. Una papelería al por mayor tuvo que trasladarse a otro lugar porque tenía dificultades para recibir el suministro y para venderlo después.

Cuantiosas pérdidas

Rita Boyer, propietaria de un centro de estética, rellenaba antes cuatro fichas de clientes nuevos cada semana. "Ahora consigo uno cada quince días", se lamenta, mientras hace cuentas: "Las pérdidas van de los 3.000 a los 5.000 euros mensuales". Otro taller ve cómo su pequeño muelle de carga y descarga se queda inutilizado.

"Todo esto forma parte del futuro distrito tecnológico 22@ del Poblenou. Supongo que cuando esté terminado quedará muy bien. Pero mientras…", suspira Rita.