Agentes de la Policía Nacional han desarticulado un grupo criminal cuyos miembros se dedicaban a robar viviendas en ausencia de sus moradores, según una nota de prensa de la Comisaría gijonesa.

Los arrestados, I.S de 24 años, B.V.H de 25 y D.A.M de 47 años (investigado por la Jefatura Superior de Cantabria por robo con fuerza), fueron sorprendidos in fraganti cuando trataban de robar en un piso de Gijón y se les considera autores de 31 robos. La investigación sigue abierta.

Asimismo, los detenidos utilizaban principalmente el método 'bumbing' e 'impresioning' (para hacer copia de las llaves mediante moldes) para forzar las cerraduras. Actuaban a plena luz del día, principalmente por las mañanas y en varias ocasiones fueron sorprendidos por los moradores de los domicilios violentados.

La investigación policial se inició a mediados del mes de marzo cuando se recibieron las primeras denuncias de robos en domicilios cometidos en la ciudad de Gijón. En raras ocasiones, cuando estas maniobras de apertura no funcionaban, se vieron obligados a fracturar los bombines.

Una vez que accedían al domicilio, los delincuentes se centraban en localizar dinero, las joyas, ordenadores portátiles, tabletas electrónicas o cámaras de fotos. Actuaban con rapidez y permanecían en el interior de las viviendas un corto periodo de tiempo, siendo habitual que dentro de un mismo edificio entraran en varias de ellas para hacerse con el botín en pocos minutos.

Se da la circunstancia de que en cuatro ocasiones desistieron de su intención al abrir la puerta y encontrar moradores dentro de las casas, de las que huyeron a la carrera. Tras montar un dispositivo de prevención, los agentes localizaron el pasado lunes a tres personas que estaban perpetrando un robo un piso en la calle Casimiro Velasco de Gijón.

Los agentes detuvieron en primer lugar al que hacía labores de vigilancia en el exterior, luego sorprendieron al que manipulaba la cerradura en un cuarto piso y dos plantas más arriba hallaron al tercero, que protegía las escaleras y avisaba sobre el posible flujo de vecinos.

Fruto de la investigación, los investigadores lograron averiguar que tras cometer los robos se ocultaban en una habitación compartida en piso en régimen de alquiler del barrio de Laviada. En el registro realizado en el interior fueron intervenidas gran cantidad de joyas que estaban ocultas en el interior de un sofá-cama, varios relojes de pulsera, dos tabletas electrónicas, cuatro ordenadores portátiles, una cámara de fotos, un libro electrónico, gafas de sol, 2.235 euros y billetes de moneda rumana -63 LEIs-, así como numerosas herramientas utilizadas para forzar las cerraduras.