Fedea detecta "una notable mejora de casi medio punto del PIB" en el saldo presupuestario de Galicia en 2015

La caída de ingresos, "factor dominante" en la comunidad para el desequilibrio entre 2003 y pasado año, mientras el gasto redujo su peso

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) detecta "una notable mejora de casi medio punto del PIB" en el saldo presupuestario de Galicia y Canarias, en la variación del saldo presupuestario no financiero y de sus componentes entre 2014 y 2015, en puntos porcentuales del PIB regional.

En un estudio sobre la evolución de las finanzas autonómicas entre 2003 y 2015, la fundación atribuye esta evolución de la comunidad gallega a "la mejora de los ingresos", mientras que en el caso de Canarias lo vincula con "la reducción de los gastos tanto de capital como corrientes".

También analiza Fedea las contribuciones del ingreso y el gasto al desequilibrio acumulado entre 2003 y 2015. En este apartado, concluye que el incremento del gasto juega un papel "fundamental" en el deterioro del saldo presupuestario en la mayor parte de las regiones. Sin embargo, advierte de que "la caída de los ingresos es el factor dominante en el caso de Castilla y León, Madrid, Galicia y Navarra".

Dentro del capítulo de gasto, llaman la atención los casos de Extremadura, Murcia, Cataluña y el País Vasco, con incrementos del gasto total no financiero cercanos a o superiores a los 2 puntos de PIB durante el conjunto de la década, y los de Galicia y Navarra, "donde el gasto total ha reducido su peso en el PIB regional durante el período".

DOCUMENTO

El documento de Fedea sobre la evolución de las finanzas autonómicas entre 2003 y 2015 concluye que el aumento del déficit acumulado por las comunidades en este periodo (del 1,49% del PIB) se debe en un 81,4% al incremento del gasto desde su nivel de partida y sólo en el 18,6% a la pérdida de ingresos.

El documento, elaborado por el director de Fedea, Ángel de la Fuente, destaca que entre 2003 y 2009 los ingresos de las comunidades autónomas aumentaron en torno a 15 puntos porcentuales, se desploman seguidamente más de 20 puntos y volvieron después prácticamente a su nivel de origen, situándose en 2015 2,3 puntos porcentuales por debajo del nivel observado en 2003.

Por su parte, el gasto creció 30 puntos entre 2003 y 2009 y se ha reducido desde entonces 20 puntos, lo que deja los gastos 10 puntos por encima del nivel de partida o con un nivel de gasto sobre el PIB similar al observado en 2007.

Como consecuencia de esta evolución de ingresos y gastos, el déficit máximo de las CC.AA. se registró en 2011, con un agujero del 4,4% del PIB. Después de ese año, la situación comenzó a mejorar, aunque a un ritmo decreciente, hasta prácticamente estabilizarse en los dos últimos años.

Mientras que en 2012 el déficit ajustado se redujo en casi 2,7 puntos, pasando del 4,4% al 1,7% del PIB, en 2013 la mejora fue solo de cuatro décimas, hasta el 1,26% del PIB. En 2014 el déficit se incrementó en una décima y en 2015 lo hizo en cuatro centésimas, de acuerdo con la Contabilidad Nacional ajustada.

De la Fuente indica que mientras que las partidas de inversión se reducen drásticamente durante la segunda mitad del periodo hasta situarse en torno a la mitad de su valor inicial, el gasto en intereses se triplica en pocos años como resultado de la rápida acumulación de deuda y de la subida de la prima de riesgo. Esta partida, sin embargo, se redujo sustancialmente en 2015, pasando de 7.900 a 5.400 millones de euros, debido a las mejoras de las condiciones financieras del FLA y otros mecanismos de liquidez.

Por otra parte, el grueso del gasto corriente registra a partir de 2009 una caída mucho más modesta que el gasto total y comienza a repuntar en 2013 para situarse en 2015 a niveles de 2008.

Déficit de 2015

En cuanto al déficit autonómico en 2015, que acabó en el 1,66% del PIB, por encima del 0,7% del objetivo, Fedea destaca que las cosas están "menos mal" de lo que podría parecer a primera vista por dos razones. La primera es que el lento crecimiento de los ingresos del sistema de financiación tiene que ver más con la inercia de las entregas a cuenta que con una debilidad real de la recaudación tributaria.

La segunda es que el relativamente rápido crecimiento del gasto que se observa en 2015 es en parte resultado de algunas partidas atípicas y en principio no recurrentes, como los 1.000 millones de euros para el tratamiento de la hepatitis C y otros 800 millones ligados a la devolución a los funcionarios de la mitad de la paga extra suprimida en 2012.

De esta forma, Fedea calcula el déficit autonómico suponiendo que los ingresos de las comunidades autónomas por transferencias netas de otras administraciones hubiesen crecido al mismo ritmo que los ingresos tributarios de la Administración Central, es decir, a un ritmo del 5,15% anual y, por otro lado, eliminando las partidas de gasto extraordinarias. Con estos supuestos, el déficit de las comunidades en 2015 se habría reducido hasta el 1,40% del PIB, frente al 1,66% en el que cerró el año.

A modo de conclusión, De la Fuente afirma que el gasto autonómico ha seguido un patrón "extremadamente procíclico" en el periodo analizado (2003-2015), con fuertes crecimientos durante el periodo de expansión seguidos de profundos recortes en la crisis, aunque con un desfase de unos dos años.

A pesar de ello, afirma que si bien las perspectivas para los próximos años son en principio favorables, con previsiones de fuerte crecimiento para los ingresos ligados al sistema de financiación regional, la situación de las cuentas autonómicas continúa siendo "preocupante" y exigirá para su normalización un "esfuerzo continuado de contención del gasto corriente", que deje un cierto espacio para la recuperación de unas partidas de inversión que se han reducido hasta niveles históricamente bajos.

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