La pobreza se hereda: ocho de cada diez niños pobres también lo serán de adultos

Un indigente, pernoctando en el escaparate de un comercio junto a la Gran Vía madrileña.
Un indigente, pernoctando en el escaparate de un comercio junto a la Gran Vía madrileña.
JORGE PARÍS
Un indigente, pernoctando en el escaparate de un comercio junto a la Gran Vía madrileña.

La pobreza se hereda y la igualdad de oportunidades parece cada vez un concepto más utópico. Ocho de cada diez personas que pasa por graves dificultades económicas en la adolescencia también las vive de adulto, según un informe hecho público por Cáritas. Este documento revela que el esfuerzo personal no genera movilidad social y que, al menos en España, la meritocracia sigue siendo una quimera.

Las principal conclusión de este informe es que aquellas personas que de niños ya son pobres dificilmente podrán franquear muros estructurales como la situación laboral, el nivel educativo o la renta de los progenitores.

El 81% de las personas que durante su adolescecia tuvieron muchas dificultades para llegar a fin de mes se encuentran con esas dificultades en la edad adulta. Estas cifras, en cambio, se reducen a poco más del 45% entre los que durante la adolescencia vivían en hogares que llegaban a fin de mes con facilidad.

La tasa de pobreza relativa durante 2011 –año en el que se basan las estadísticas del estudio– alcanzó un valor promedio del 20,6%. Ese porcentaje se vio ampliamente superado por el grupo de adultos que vivieron dificultades durante la adolescencia, pasando a ser el 30,4% y el 33,2% respectivamente. Además, el informe señala que la probabilidad de encontrarse bajo el umbral de la pobreza para personas que crecieron en ese tipo de hogares se situaba del 62%.

El análisis también pone de manifiesto que "los hogares con menores a su cargo son más sensibles a padecer situaciones de pobreza", ya que la incidencia de la pobreza es del 16% en los hogares sin menores, del 28% en los hogares con menores, del 42% en las familias monoparentales y del 44% en las familias numerosas.

La pobreza de los niños en el presente condiciona la pobreza en el futuro cuando sean adultos, ha señalado el secretario general de Cáritas Española, Sebastián Mora, quien ha hecho un llamamiento urgente a diseñar las políticas públicas adecuadas, con la participación de las ONG y de la sociedad civil, para revertir esta situación. A su modo de ver, el informe rompe el mito de "la igualdad de oportunidades" y el de "que la crisis ha sido igual para todos, tal como pretenden hacernos ver los teóricos neoliberales".

Un sistema escolar que expulsa al vulnerable

Según refleja el informe, el 41% de los adultos con dificultades económicas permanentes encontró su tope formativo en la educación primaria o niveles inferiores. Esta situación, en cambio, solo afecta al 8%, de los que nunca tuvieron dificultades económicas en el hogar.

Además, el hecho de que los padres tengan estudios superiores determina en gran medida que sus hijos también los tengan. Según revela el estudio, cuando los progenitores alcanzan la educación secundaria, los hijos mejoran el nivel educativo de los mismos en un 50% de los casos. En casos en los que los padres no estudiaron o no superaron la primaria, el 80% de los hijos tampoco lo hicieron.

Las posibilidades de estar en riesgo de pobreza disminuyen en la medida en la que aumenta el nivel educativo de los padres. Por ello, en 2014 el riesgo de pobreza para los menores de edad con padres que cursaron estudios superiores era del 11,7%, cifra que crecía hasta el 56% para aquellos cuyos padres no habían completado ninguna etapa educativa. En el caso de los adultos, el porcentaje de personas en pobreza con padres sin estudios se situaba en el 38% en el año 2011, una cifra muy superior al 20,6% registrado en 2005, antes de la crisis.

A la luz de estos datos, el estudio concluye que “la educación actúa como factor de transmisión de las situaciones de vulnerabilidad, pobreza y exclusión” aunque resalta que aquellas personas capaces de superar el nivel educativo de sus padres se protegen más de estas situaciones

También incide en que el sistema escolar “no es capaz” de integrar a menores que se encuentran en situación de vulnerabilidad, generado su progresiva expulsión del mismo. “Para estos menores la escuela no es un lugar de igualdad de oportunidades sino el primer obstáculo que superar para poder estar integrados”

Los hijos agricultores y pescadores tienen más posibilidades de ser pobres

El estatus laboral de los progenitores es, según los autores del informe, otro método de transmisión de la pobreza entre generaciones. Así, los adultos cuyas madres no realizaban una actividad económica durante su adolescencia registran tasas de pobreza relativa superiores –en torno al 2%– a los adultos con madres trabajadores.

Al observar la relación con la actividad económica de los padres, se encuentran fuertes diferencias en cuanto a los riesgos de pobreza. En el año 2011, el riesgo de pobreza se elevó considerablemente –sobrepasando el 40%– para los adultos cuyos padres permanecieron desempleados. En cambio, el riesgo medio de pobreza se situaba en el 20,6%.

Según el tipo de actividad también se registraron diferencias. El riesgo de pobreza en adultos descendientes de agricultores, pescadores o trabajadores no cualificados es del 27%, casi siete puntos porcentuales por encima del general.

El informe señala que las profesiones del padre que mayor protección ofrecen frente a las situaciones de pobreza son las de científicos e intelectuales, técnicos, profesionales de nivel medio y personal de apoyo administrativo.

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