Rescatan del olvido a Kopisch, el polímata alemán que hizo de la curiosidad un modo de vida

  • Inventor, viajero, poeta, ensayista, pintor, traductor, folclorista, pedagogo... August Kopisch fue una de las personalidades más versátiles del siglo XIX alemán.
  • Una exposición en Berlín recobra su legado: desde pinturas de expresiva violencia hasta descubrimientos como la 'Grotta Azzurra' de Capri, a la que llegó nadando.
  • Fue amigo de todos los intelectuales y artistas de su época, en especial de los Humboldt, tradujo a Dante y el rey de Prusia le concedió una pensión vitalicia.
El Vesubio en erupción en 1928 según una obra de August Kopisch
El Vesubio en erupción en 1928 según una obra de August Kopisch
Privatbesitz - Foto: Norbert Miguletz
El Vesubio en erupción en 1928 según una obra de August Kopisch

Era una de esas personas de las cuales se dice, según sostiene el lugar común, que rompieron el molde al nacer. August Kopisch (1799-1853) no le ponía puertas al campo y todo lo consideraba posible. Lo más sorprendente, como sucede con otros polímatas, aquellos que son portadores de un espíritu universal, es que era bueno en cada disciplina que abordaba. Quizá porque no se tomaba en serio —otra de sus virtudes era la humildad—, la historia lo ha relegado injustificadamente.

En Alemania buscan ahora congraciarse con la figura de uno de los más versátiles referentes culturales del siglo XIX en el país, que por aquel entonces ni siquiera era una nación única, sino un conjunto de territorios más o menos aliados en torno a la poderosa Prusia. La exposición August Kopisch - Maler, Dichter,Entdecker, Erfinder (August Kopisch - Pintor, poeta, descubridor, inventor) determina desde el título que no estamos hablando de un creador de una sola dimensión, sino de una persona que convirtió la curiosidad en un modo de vida.

Un pescador le indicó el camino

Nacido en Breslavia —que entonces pertenecía a Prusia y ahora es parte de Polonia—, estudiante fallido de arte en Praga, residente en Dresde y Viena, encontró en Italia, sobre todo en la zona de Nápoles, su paraíso en la tierra. Como muchos prerrománticos alemanes, estaba fascinado con el Mediterráneo, los ecos de las culturas antiguas y el paisaje italiano. En 1826, mientras exploraba las riberas de Capri descubrió la Grotta Azzurra (Gruta Azul), una bella cueva marina cuya localización aproximada le indicó un pescador, a la que llegó nadando y buceando y que desde entonces se ha convertido en una de las grandes atracciones turísticas de la zona.

Cuando regresó a Alemania cultivó la poesía —su obra más conocida es la saga dedicada a los Heinzelmännchen, los duendes legendarios que habitan las colinas que circundan Colonia—, firmó una todavía admirada traducción de la Divina Comedia de Dante, comenzó a pintar con frecuencia casi diaria, reunió narraciones orales folclóricas, compuso pequeñas piezas musicales, frecuentó a los hermanos Alexander y Wilhelm von Humboldt, luminarias del humanismo y la ciencia de la época.

Consejero artístico del rey

Finalmente recibió una pensión vitalicia del rey Federico Guillermo IV de Prusia, que ya le había nombrado antes consejero artístico, para que pudiera dedicarse en la enseñanza en la Universidad de Póstdam, localidad donde el monarca residía en verano.

La exposición de Berlín, hasta el 17 de julio en la Alte Nationalgalerie, que ha preparado un microsite en línea dedicado a la muestra, quiere destacar "el espíritu de descubrimiento e invención" de Kopisch y, sobre todo, reivindicarlo como artista plástico y escultor, facetas que han sido especialmente olvidadas. Las pinturas del polifacético personaje, entre ellas una vista de la Gruta Azul pintada en el lugar, tienen una especial "brillantez poética", dicen los organizadores de la muestra.

Azules mágicos y profundos

En Die Pontinischen Sümpfe bei Sonnenuntergang (El puente y los pantanos al atardecer, 1848) y Der Krater des Vesuvs mit dem Ausbruch von 1828 (El cráter del Vesubio en la erupción de 1828) los azules son mágicos y profundos y los rojos parecen querer alcanzar el tono de la sangre.  Tenía alma apasionada y sólo era capaz de describir los fenómenos de la luz mediante la suntuosidad y la exageración. El paisaje de Nápoles le acompañó toda la vida.

La exposición presenta más de 40 pinturas y dibujos y alrededor de 80 objetos adicionales, incluyendo inventos como el llamado "horno rápido", partituras de composiciones musicales, cartas, publicaciones e ilustraciones. El espectáculo se cierra con una instalación audiovisual que traslada al visitante en un viaje por el Golfo de Nápoles y termina en la Grotta Azzurra.

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