La Feria de Abril es mucho más que una fiesta. Este acontecimiento genera un impacto económico para Sevilla que ronda los 700 millones de euros, lo que representa más del 3% del PIB de la ciudad. Estas cifras duplican casi a las que suponen la celebración de la Semana Santa, lo que da cuenta del volumen de negocio y la importancia que tiene para la urbe hispalense la semana de farolillos.

Durante seis días la capital se abre al mundo para recibir a un gran número de visitantes que, movidos por la curiosidad de conocer nuestro folklore, se acercan a Sevilla en estas fechas para tener una visión más cercana de la fiesta y su idiosincrasia, además de pasear por la ciudad en uno de sus momentos más pletóricos. No en vano, la primavera corresponde con la temporada alta turística sevillana, ya que es el mejor momento climatológicamente hablando para darse una vuelta por Sevilla.

Pero no solo de turistas vive esta fiesta. Sevilla se vuelca con su Feria de Abril y eso repercute económicamente sobre las arcas de la ciudad, ya que restauradores, diseñadores y feriantes sacan buena cuenta de esta celebración. Así lo refleja el único estudio que existe al respecto, elaborado por un equipo de la Universidad de Sevilla, encabezado por el profesor de Economía Aplicada, Luis Palma, en el que vincula la economía y la cultura de esta fiesta, que supone un importante arreón a los negocios de varios sectores en apenas una semana de celebración.

Así, mientras el gasto de las instituciones, públicas y privadas, para la organización de la Feria de Abril se estima en unos 36,7 millones de euros, el de los visitantes al Real está cifrado en unos 158,5 millones de euros. A esto, se sumarían los gastos de moda flamenca y complementos, plazas hoteleras y restauración.

En todo caso, para que las cuentas cuadren son clave dos elementos: la situación económica general y la climatología. En este sentido, el presidente de la Asociación de Hosteleros de Sevilla, Pedro Sánchez Cuerda, se muestra confiado: "Si seguimos la tendencia como hasta ahora esperamos cifras positivas, ya que en 2015 aumentamos un 5% las ventas con respecto al año anterior y en los primeros meses de este año también hemos crecido", apunta.

"Para los hosteleros es muy importante la climatología. Una Feria con algo de calor es muy positiva y genera más gasto por parte de los visitantes", afirma esperanzado sobre las buenas perspectivas.

El negocio hostelero está muy repartido en estos días. Por una parte, en todos los locales alrededor de la Plaza de la Maestranza, donde "son fundamentales las ventas de la Feria para su facturación anual", y, por otro, en las casetas, "gestionadas por feriantes que van por toda Andalucía". Solo un 25% de hosteleros sevillanos llevan casetas.

Las buenas perspectivas del negocio este año, con la recuperación económica, traerán además un aumento de las contrataciones en la hostelería. "Habrá más empleo y se prolongará durante toda la temporada de primavera", prosigue Cuerda.

Además, el aumento de turistas experimentado por la ciudad en los últimos meses es un acicate para el sector. "Sabemos que la Feria es un atractivo turístico muy importante, que no solo verá sus resultados en el ámbito del recinto ferial, ya que los locales del Barrio de Santa Cruz y de otras zonas turísticas de la ciudad también se van a beneficiar de estas visitas", continúa, "y no solo aquellos que se dedican a la hostelería, sino todo el gremio de comerciantes en general", apunta.

Las cifras que mueve la fiesta dan una idea del negocio que genera. Una conocida marca de cerveza (por poner un ejemplo) distribuye un millón de litros de esta bebida en las más de mil casetas del Real de Los Remedios, mientras que la manzanilla más consumida vende alrededor de 700.000 botellas en apenas una semana de fiesta.

La ocupación hotelera, por su parte, suele rozar el lleno absoluto durante estos días. La climatología también es determinante en este sentido para garantizar las buenas perspectivas de visitantes, que llegan a Sevilla de otras partes de España, sobre todo al final de la semana, o bien de otras zonas del mundo, "especialmente de Latinoamérica movidos por los carteles de La Maestranza, que este año son de primer nivel y que esperamos que atraigan mucho público", concluye Cuerda.

Con estos números, la celebración de la Feria trasciende de su arraigado papel en las tradiciones de la capital, para no dejar de ser, como lo fue en sus orígenes, un revulsivo para la economía sevillana, muy supeditada al sector servicios y el turismo. Administraciones y entidades privadas se vuelcan para ofrecer la mejor de las tarjetas de visita de Sevilla a aquellos que disfruten de la ciudad estos días, solo con un objetivo: que tengan ganas de volver.