El Gobierno de Navarra ha realizado una declaración institucional en la que manifiesta su "más absoluta" condena y repulsa ante los atentados terroristas cometidos este martes en Bruselas y muestra su solidaridad con las víctimas, sus familiares y allegados.

Asimismo, hace un llamamiento a la ciudadanía navarra para que participe en la concentración que se va a celebrar este miércoles, 23 de marzo, a las 12 horas frente la fachada del Palacio de Navarra, en la avenida de Carlos III, de Pamplona.

Tras conocer la noticia, el Gobierno foral, por medio de la oficina del delegado en Bruselas, se ha puesto en contacto con los navarros residentes en la capital belga para conocer su situación. La Delegación está también en contacto permanente con las delegaciones de las diferentes CCAA con sede en Bruselas.

Además, el Ejecutivo navarro ha enviado sus condolencias al embajador del Reino de Bélgica en Madrid, Pierre Labouverie, y a la cónsul honoraria en Bilbao, Sylvie Lagneaux Bonelli, que es la competente para Navarra.

La declaración aprobada por el Gobierno foral afirma que "ante el brutal atentado cometido esta mañana en Bruselas, este Gobierno, en su nombre y en el de la ciudadanía a la que representa, quiere, en primer lugar, mostrar su solidaridad, cercanía y acompañamiento a las víctimas, a sus familiares y a sus allegados en unos momentos tan terribles".

En segundo lugar, añade, el Gobierno quiere manifestar "su más absoluta condena y repulsa de un atentado que ha provocado daños irreparables, que ha segado la vida de personas inocentes y ha provocado decenas de heridos; un atentado dirigido, además, al corazón de Europa y orientado a infundir el terror entre quienes defienden los valores de paz, respeto y democracia".

"Queremos insistir una vez más en que el terrorismo es algo terriblemente injusto y antidemocrático por el dolor y el sufrimiento que genera y porque sitúa un objetivo o una idea por encima de la dignidad humana y de los derechos de las personas", indica el texto, que añade que "el terrorismo es el recurso a la violencia, la imposición y la vulneración de derechos frente a la paz, la convivencia, el diálogo, el respeto y la defensa de la ciudadanía".

El Gobierno foral ha reiterado también su "decidida voluntad de trabajar en y para el respeto y la convivencia entre quienes piensan, creen y viven de maneras distintas porque es desde la profundización democrática como podremos construir una sociedad más justa y solidaria en la que el recurso a la violencia quede totalmente deslegitimado".