Los malagueños vuelven de vacaciones y se topan con su ciudad patas arriba por culpa del Metro. Desde el 24 de julio está cortada la Carretera de Cádiz (la vía con más tráfico: 80.000 coches/día), pero será a partir de hoy cuando se ponga a prueba la convivencia real con las obras.

Y también la efectividad de los desvíos de tráfico por los que hace un año pelearon la Junta y el Ayuntamiento. Porque quienes regresan al trabajo se encuentran con que de los cuatro carriles entre la Glorieta de Molière y Los Guindos (que 30.000 conductores usaban hasta hace un mes con ese tramo ya cerrado) sólo quedan dos: uno en cada sentido.

Y encima son en exclusiva para emergencias, autobuses y residentes. Once cruces cerrados Además de afectar al recorrido total de la avenida de Velázquez y parte de Héroe de Sostoa, los trabajos de la línea 2 (Carpena-Malagueta) afectan a 11 cruces con estas vías.

Por eso es difícil evitar los efectos colaterales, incluso con los desvíos. Queda por ver si los únicos dos carriles con que finalmente se abrió la última parte de la avenida de Molière para conectarla con el paseo de Poniente son suficientes y si el malagueño cogerá el vial por el Carpena.

Políticos y responsables del Metro se han mostrado esperanzados en que se podrá convivir con las zanjas. De momento, son los vecinos de la zona oeste los que sufrirán más, aunque un año más hay otros muchos esperando a que terminen obras junto a sus viviendas. Así, en Puerto de la Torre siguen los cortes intermitentes en su calle central mientras continúa cerrada la céntrica Salitre por la obra del aparcamiento.