Una segunda pareja vecina del municipio de Albuñol (Granada) se vio obligada ayer a contraer matrimonio en la pedanía de La Rábita, situada a cinco kilómetros de la localidad, debido a que el Arzobispado no ha enviado aún a un sacerdote después de que ordenara el traslado del párroco, Gabriel Castillo, el pasado 22 de julio.

La portavoz de la comisión creada para impedir la marcha del cura, Custodia Manzano, explicó que, una vez más, "una pareja no puede cumplir su deseo de celebrar la boda en su pueblo", una situación que calificó de "inexplicable" y aseguró que están "desesperados porque pasan los días y no se nos plantea una solución".

En este sentido, Manzano señaló que la pareja, Lola y Alejandro, se encontraba "muy afectada" e incluso, precisó la portavoz del colectivo, "han pensado en denunciar el caso por el daño psicológico que les ha causado no saber dónde iba a ser su boda 48 horas antes del enlace".

Al hilo de esto, indicó que además de casarse fuera del pueblo, la pareja lo tuvo que hacer en "poco más de 15 minutos", ya que el mismo cura que casó ayer a Lola y a Alejandro a las 15.30 horas, tenía que oficiar otra boda media hora más tarde en un municipio distinto.

Por este motivo, Manzano afirmó que el pueblo no entiende cómo el Arzobispado les niega los sacramentos a tanta gente "por haber pedido tan sólo que se quedará nuestro párroco".

Ni misas ni funerales

No obstante, apuntó que, además de las bodas, tampoco se ofician ni misas ni funerales. El enlace entre Lola y Alejandro es la segunda boda que se celebra en la iglesia de La Rábita.

Ya el pasado 18 de agosto María José y Eduardo se desplazaron a este pedanía de Albuñol para contraer los santos sacramentos, quien tuvieron la suerte de que una televisión les regalase el viaje de novios, a cambio de la exclusiva del enlace.

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