En los últimos 10 años, la tasa de riesgo de pobreza en Cataluña ha subido 10 veces más entre las mujeres que trabajan que entre los hombres que también lo hacen. Así lo señala un indicador pionero de igualdad de género que ha presentado este miércoles la Cámara de comercio de Barcelona, que muestra que la tasa entre ellas era el 2005 del 8,9%, mientras que el 2015 se situó en el 13,1%, 4,2 puntos porcentuales más. En el mismo periodo, la tasa de los hombres pasó del 10,1% al 10,5%, 0,4 puntos más. Por los autores del estudio, esta evolución significa de facto que la crisis ha afectado más a las mujeres trabajadoras que a los hombres con un puesto de trabajo.

El informe también apunta que ellas tienen una formación claramente superior –son el 56% de los titulados universitarios– y menos fracaso escolar –un 18% frente al 27% del hombres– pero que esto, que ya se daba hace 10 años, no se ha traducido en una reducción de las desigualdades en el mercado laboral. Y es que las mujeres siguen manteniendo una importante brecha salarial -a igual trabajo un sueldo inferior- del 19% y reúnen el 22% de los contratos parciales ante el 7% de los hombres.

Este nivel de desigualdades en el puesto de trabajo y en los salarios desemboca en unas pensiones medianas que son un 31% más bajas para ellas –de 11.270 euros anuales, ante los 16.296 euros de los hombres– y en una prestación de paro mediana un 12% inferior –de 3.481 euros al año, frente a los 3.952 euros de ellos–.

Desde la Cámara señalaron que los datos muestran una nueva pobreza femenina protagonizada por mujeres formadas discriminadas al trabajo, sobre todo después de la maternidad. Por otro lado, la autora del estudio, Carme Poveda, lamentó que «se ha perdido una década en el aprovechamiento del talento femenino en el mercado laboral», con una evolución favorable pero muy lenta.

La Cámara de Comercio de Barcelona ha creado un indicador pionero en Cataluña para el Observatorio Mujer, Empresa y Economía (Odee) que constata más riesgo de pobreza de la mujer trabajadora frente al hombre, comparando datos oficiales de 2015 con 2005 en cuatro grandes grupos: formación, mercado de trabajo, condiciones de vida y empoderamiento —presencia de mujeres en puestos de responsabilidad—.

El Indicador de Igualdad de Género en Cataluña (IIGC, que se actualizará cada año) tiene en cuenta 22 indicadores y pretende "una visión global de cuál es la situación de la mujer en comparación con los hombres" y en la actualidad respecto a hace una década.

Respecto al empoderamiento, de 2005 a 2015 ha mejorado en los ámbitos político y en los consejos de administración porque se aprobaron normas de cumplimiento obligado, mientras que el número de mujeres en puestos directivos en empresas se ha mantenido alrededor del 45% inferior al de hombres.

Las mujeres en puestos científicos e intelectuales son un 29% más que de hombres, pero hay un 73% menos de catedráticas (era un 75% en 2005), y la presencia femenina en cargos de relevancia en una muestra de 11 instituciones entre patronales, sindicatos, cámaras, entidades culturales, sociedad civil y colegios profesionales catalanes es un 70% inferior a la masculina.

Incluso en uno de los ámbitos de mayor mejora, el político, el indicador apunta que, siguiendo el ritmo de los últimos diez años, harían falta tres legislaturas más para llegar a la paridad en ayuntamientos y en el Parlament (2031).

La autora del estudio, Carme Poveda, ha lamentado que "se ha perdido una década en el aprovechamiento del talento femenino en el mercado laboral", con una evolución favorable pero muy lenta, y que las mujeres siguen dedicando el doble de tiempo a cuidar de la familia que los hombres.

Para avanzar hacia la igualdad "hace falta un gran acuerdo entre instituciones, sociedad y mundo empresarial", cumplir la Ley de igualdad aprobada en el Parlament en julio, dando ejemplo desde el ámbito político y de las administraciones.

También ha pedido políticas preventivas y no sólo paliativas, especialmente para evitar que las mujeres abandonen el mercado laboral en el momento de la maternidad, como las dirigidas a su acceso a puestos de responsabilidad, la formación continua, horarios conciliadores y baja paternal obligatoria.

La directora del Odee de la Cámara de Barcelona, Anna Mercadé, ha explicado que este indicador busca detectar puntos de mejora y colaborar con las administraciones para proponer políticas dirigidas a conseguir la igualdad.

Ha defendido que estas políticas "son más baratas y tienen más éxito" que las políticas sociales cuando las personas ya han caído en la pobreza.