Condenan a once años a un hombre que mató a un vecino por mantener relaciones con su mujer

  • Los hechos ocurrieron en 2014 en la casa de la víctima, que en ese momento se encontraba con la esposa del agresor.
  • El condenado le asestó varias puñaladas con un cuchillo de cocina.
  • El jurado considera que no tenía sus facultades alteradas.
Mujer apartada manteniendo una conversación telefónica.
Mujer apartada manteniendo una conversación telefónica.
GTRES
Mujer apartada manteniendo una conversación telefónica.

La Audiencia de Málaga ha condenado a 11 años de prisión a un hombre por matar a su vecino tras tener conocimiento de los rumores que había en el barrio sobre una relación de éste con su mujer. Se le impone, además, el pago de 150.000 euros de indemnización a los familiares del fallecido.

Esta sentencia se dicta después de que la pasada semana un jurado popular declara por unanimidad al hombre culpable de un delito de homicidio, rechazando las atenuantes planteadas por la defensa durante la celebración del juicio.

Los hechos sucedieron en diciembre de 2014. Según declararon probado los jurados, tras tener conocimiento de dichos rumores, el acusado reprochó a su mujer haber estado toda la tarde fuera de la casa y por la situación de abandono en que se encontraban sus hijos, ante lo que la esposa se marchó de nuevo.

Ante la tardanza e intuyendo que la mujer estaba en el domicilio del otro hombre, el procesado, dice la sentencia, cogió un cuchillo de cocina, que escondió entre su ropa, y se fue a la casa del vecino, viendo por una ventana que su esposa estaba allí, por lo que llamó insistentemente para que le abrieran.

No tenía las facultades alteradas

Cuando la víctima abrió la puerta, el acusado se encaró con el hombre y le reprochó a gritos la relación que mantenía con su mujer, de forma que "se abalanza sobre él y le clava directamente el cuchillo en el cuello, propinándole a continuación otra puñalada en el abdomen, así como patadas y puñetazos".

El hombre cayó mortalmente herido y falleció a causa de las heridas, mientras que el acusado abandonó el lugar. Los jurados consideraron que el procesado, pese a saber de la infidelidad de su esposa, "no tenía sus facultades alteradas" cuando se dirigió a la casa de su vecino, ni tampoco había consumido alcohol y otras sustancias como para alterar sus actos.

Los jurados basaron su veredicto en las declaraciones de testigos, vecinos del barrio; y también de los agentes de la Policía Nacional que se encargaron de la investigación del caso.

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