La Asociación Hispania Nostra ha incluido en su 'Lista Roja del Patrimonio en Peligro (www.listarojapatrimonio.org)' al Palacio de la Isabela en Alcolea (Córdoba), "por su estado de ruina continua", hasta el punto de que "presenta un aspecto de abandono y decrepitud, aunque, gracias a la solidez de sus muros, se mantiene en pie".

En un comunicado, Hispania Nostra, asociación no lucrativa, declarada de utilidad pública y cuya finalidad es defender, salvaguardar y poner en valor el patrimonio cultural español con la participación de la sociedad civil, ha explicado que dicho palacio, que data del siglo XIX, es de forma cuadrada, con 12 metros de lado, tiene una planta semisótano con dos enormes habitaciones abovedadas, donde estaban instalados la parte correspondiente a los servicios, cocina, bodega y despensa, y otras tres plantas rematadas por cuatro almenas.

Cada una de las cuatro torres redondas está orientada a un punto cardinal, tres de ellas parten del primer piso, y la cuarta, la mayor y ochavada, mira al Norte y sustenta la escalera de caracol, que se encuentra llena de escombros, y la puerta de entrada, a la que se accede por una escalinata desde el jardín, que tiene restos de un estanque.

Tenía suelo y zócalo de azulejería, que ha sido en gran parte expoliada, al igual que la instalación eléctrica. Ha perdido también gran parte de la decoración del exterior, así como los escudos de la familia y una escultura, que ocupaba una hornacina y que también ha sido extraída.

Corría el año de 1871 cuando el conde de Torres Cabrera y del Menado, Ricardo Martel y Fernández de Córdoba, fundó la colonia de Santa Isabel, para lo cual utilizó los terrenos de su propiedad, que tenía en la barriada cordobesa de Alcolea, con una extensión de 733 hectáreas en coto redondo, empezando por edificar un palacio, con elementos militares, para residencia de su familia.

El conde de Torres Cabrera fue alcalde de Córdoba en dos ocasiones, en 1864 y 1867; gobernador civil, diputado a Cortes, senador vitalicio por Córdoba y Grande en España. Tuvo un destacado protagonismo en la vida cordobesa de su época, y fueron importantes sus aportaciones en el campo de la reforma agrícola y social, siendo de resaltar su gran preocupación por elevar en Córdoba el nivel cultural.

La colonia fue el primer lugar en el que se cultivó la remolacha azucarera en España y pionera en producir azúcar, en 1882, en la fábrica que para tal fin se instaló en las inmediaciones del puente.