Los ciudadanos podrán decidir mediante el mecanismo del urbanismo participativo la ampliación y los nuevos usos del Parque Pignatelli de Zaragoza, con la recuperación de los antiguos depósitos de agua, que se ubican en un solar municipal contiguo de 37.000 metros cuadrados.

"Este proceso de participación ciudadana ha venido para quedarse", ha enfatizado el consejero municipal de Urbanismo, Pablo Muñoz, quien ha defendido que sea la ciudadanía la que decida los nuevos usos para la mejora de sus barrios.

En rueda de prensa, ha dejado claro que "el urbanismo participativo es un camino de no retorno" y ha descrito que "cuando un proceso de decisión se le da a la ciudadanía ya no lo devuelve".

La concejal de Transparencia, Participación Ciudadana y Gobierno Abierto, Elena Giner, ha expuesto que con esta acción se materializa una estrategia participativa en la que se implica la sociedad organizada para propiciar un cambio" mediante un proceso que será tanto presencial como virtual a través de la web municipal.

En la dirección 'www.zaragoza.es' se ha habilitado la pestaña 'urbanismo participativo' donde los usuarios pueden acceder y ofrecer sus propuestas que recogerá el gobierno municipal.

FASES

Giner ha descrito que este proceso se realizará en tres fases. La primera será de información con la visita guiada a los antiguos depósitos para personas y colectivos interesados. Se ha programado para el viernes, 26 de febrero, a las 17.30 horas, y posteriormente se procederá el proceso de participación en el Centro Cívico de Torrero.

La segunda fase de debate y deliberación se hará entre el 28 de febrero y el 7 de abril y a su vez se desarrollará en dos etapas. En la primera se podrán enviar —hasta el 31 de marzo— sugerencias a través de la web o en las Juntas de Distrito de San José, Torrero y Universidad. La siguiente etapa, del 6 al 7 de abril, será para evaluar las propuestas.

La etapa final de todo el proceso será la fase de retorno en la que se encargará a los servicios municipales de Planeamiento la redacción de una modificación puntual del Plan General de Ordenación urbana (PGOU), en al que se fijarán con detalle las propuestas adoptadas como resultado del proceso participativo.

Pablo Muñoz ha preferido no desestimar ni decantarse por un uso concreto que se podría dar a este espacio, pero ha dejado claro que "se trata de una oportunidad para ampliar el Parque Pignatelli" que podría duplicar los 29.000 metros cuadrados de superficie actual.

Sobre el coste tampoco ha ofrecido datos porque dependerá de lo que al final se acuerde entre los vecinos y ha expuesto que esta 'pastilla municipal' ofrece numerosas posibilidades de usos deportivos, sociales o educativos.

Origen del paseo sagasta

El jefe del Departamento de Planeamiento de la Gerencia de Urbanismo, Ramón Beltrán, ha explicado que la zona de los antiguos depósitos de Pignatelli es un espacio desconocido, valioso y que alberga importantes elementos patrimoniales y con grandes posibilidades de uso y mejora para la ciudad.

Además de su valor intrínseco, la obra forma parte de la primera infraestructura de abastecimiento de agua de boca con que tuvo Zaragoza, y su realización, por el arquitecto Ricardo Magdalena, está unida a la ejecución posterior del Parque Pignatelli y de la urbanización del actual paseo de Sagasta, recorrido por el conducto de abastecimiento que seguía por Independencia hasta la fuente de la Princesa, entonces en la plaza de España y en la actualidad emplazada en el Parque Grande.

Beltrán ha destacado que es una instalación que, además de su valor arquitectónico, "ayuda a comprender" cómo funcionaba una infraestructura de esta naturaleza a finales del siglo XIX y el propio desarrollo urbanístico de la ciudad.

CONSTRUCCIONES

Dentro del recinto de los depósitos se localizan construcciones, procedentes de diversas épocas. Entre ellas, figura el depósito descubierto oriental está formado por dos vasos de 20.000 metros cúbicos cada uno. Procede del proyecto original redactado por Ricardo Magdalena en 1876 y construido durante ese año y el siguiente.

La casa del guarda, situada al nordeste de los depósitos orientales, tiene de dos plantas de unos 75 metros cuadrados construidos cada una. Se añadió al proyecto original, según el proyecto de Magdalena de 1878, y tiene acceso a la cámara enterrada de filtros, donde se depuraba el agua de los depósitos a cielo abierto antes de pasar al aljibe enterrado.

El aljibe enterrado es el elemento "más espectacular" del recinto, obra también de Ricardo Magdalena, está situado al norte de la casa del guarda y a cota inferior a la del depósito general; se divide en dos cámaras de 15 por 45 metros en planta cada una, y 5,90 metros de altura libre.

Inaugurado en 1877, presenta una planta basilical, con tres naves pautadas por machones de piedra para apoyo de 33 bóvedas de arista de ladrillo sobre las que descansan unos ochenta centímetros de relleno hasta la cota de terreno, más o menos coincidente con la de remate de los depósitos descubiertos. En la segunda mitad de los años 1980 fue utilizado en alguna ocasión como sala de exposiciones. El Catálogo de Edificios de Interés del Ayuntamiento de Zaragoza lo incluye con el grado de Edificio de Interés Monumental.

Otra elemento es el depósito descubierto occidental, de 43.000 metros cúbicos de capacidad, procede del proyecto de ampliación de 1897 y se estrena en 1898.

La nave de bombas es una construcción moderna de una sola planta de contorno rectangular, con unos 120 metros cuadrados. El edificio anejo de aseos para el personal está próximo a la casa del guarda y entre ambas construcciones hay un pequeño cobertizo.

El último inmueble es el edificio del hipoclorito, que es una construcción moderna de unos 85 metros construidos en la planta baja.