Barei ha suscitado la polémica desde que el martes se coronó como la candidata que representará a España en el próximo certamen de Eurovisión. Su tema Say Yay! se ganó el favor del jurado y del público del programa Objetivo Eurovisión, de TVE, en el que seis candidatos competían para viajar a Estocolmo, pero en Twitter fueron muchos los eurofans que criticaron la letra de la canción, únicamente en inglés.

Ahora, las críticas se alejan de lo profesional y adquieren otro cariz que tiene que ver, más concretamente, con su situación económica. De acuerdo con diferentes medios de comunicación, Barei -cuyo nombre completo es Bárbara Reyzábal- ha tenido la oportunidad de dedicarse durante tantos años a la música debido a la posición acomodada de su familia.

De acuerdo con esas informaciones, el abuelo de esta madrileña de 33 años no es otro que el empresario burgalés Julián Reyzábal Delgado (1903-1978), un campesino que con los años logró amasar una fortuna y terminó como el propietario del edificio madrileño Windsor, que ardió en febrero de 2005.

La venta de ese solar fue uno de los negocios más sonados y rentables para la familia, entre otras cosas porque ha permitido la ampliación de El Corte Inglés de Castallana, una operación que se estima en 500 millones de euros.

Antes de presentarse al certamen eurovisivo, Barei compuso canciones para otros artistas, como Malú o Edurne. Tiene dos discos en el mercado y a los 18 años ganó el Festival de Benidorm. En la actualidad, cuenta con más de 16 años de experiencia a sus espaldas.

La madrileña defiende su canción como "una propuesta muy internacional", y asegura que es un tema "que habla de no rendirse nunca".