El juez deja en libertad a los 18 detenidos de Indar Gorri por un delito de pertenencia a grupo radical

El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Pamplona ha decretado la puesta en libertad de los 18 detenidos de Indar Gorri, a los que atribuye un delito de pertenencia a grupo criminal, por su supuesta participación en peleas violentas con otras aficiones radicales hermanadas o enfrentadas.

El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Pamplona ha decretado la puesta en libertad de los 18 detenidos de Indar Gorri, a los que atribuye un delito de pertenencia a grupo criminal, por su supuesta participación en peleas violentas con otras aficiones radicales hermanadas o enfrentadas.

Doce de los investigados (término que sustituye al de imputados) deberán presentarse en el juzgado mensualmente, mientras que los otros seis -los últimos que han comparecido- tendrán que personarse dos veces al mes al considerar el juez que son los supuestos "cabecillas" del grupo, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) en un comunicado.

Según expone el magistrado en los autos, la investigación no se dirige contra Indar Gorri, la peña ultra de Osasuna, sino "contra personas concretas que incluso se aprovecharon económicamente de este colectivo para sus acciones violentas".

El juez señala que del análisis de las conversaciones telefónicas intervenidas a los investigados, de las múltiples vigilancias y seguimientos efectuados o de los efectos y documentos intervenidos en los registros, se desprenden "claros indicios" de que los detenidos, junto con otros individuos, formarían parte de un grupo de personas que, "al amparo o bajo el paraguas del colectivo Indar Gorri e, incluso, aprovechándose económicamente de él, tendrían como finalidad, no el apoyo deportivo al club sino, pura y simplemente, la comisión de delitos de lesiones con ocasión de los partidos de fútbol".

A tales efectos, relata el juez, los integrantes de dicho grupo contarían "con una sencilla pero eficaz organización, con una jerarquía entre sus miembros, algunos de los cuales llevarían a cabo funciones directivas y de organización, dando instrucciones a los restantes sobre el momento y la forma en que deberían llevar a cabo sus acciones violentas, seleccionando a los que deberían participar en cada una de ellas, preparando y coordinando los desplazamientos fuera de Pamplona para ejecutar esas acciones violentas mediante reuniones previas en el local sito en la calle Rio Ega de Pamplona".

En este local, continúa el magistrado, es donde algunos de ellos incluso se prepararían físicamente de cara a los enfrentamientos o ataques en los que fueran a intervenir, "adoptando en dichos desplazamientos todo tipo de medidas de seguridad, como la utilización de coches lanzadera para detectar la presencia policial o el estacionamiento de los vehículos que usan para desplazarse en lugares alejados para evitar su localización".

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