Cuba se mueve tranquila

  • Un año después de que el dictador Fidel Castro cediera 'temporalmente' el poder a su hermano Raúl en Cuba todo sigue igual.
  • Una periodista cubana escribe para 20minutos.es desde la isla y nos cuenta el ambiente que se vive en el pequeño país caribeño.
  • Los cubanos no se preocupan por la salud del Comandante o por una hipotética transición, sólo por tener comida y salir adelante.
Una de las múltiples pintadas revolucionarias en LaHabana que recuerdan a la Cuba de otros tiempos (Foto: Mairelys Ramírez)
Una de las múltiples pintadas revolucionarias en LaHabana que recuerdan a la Cuba de otros tiempos (Foto: Mairelys Ramírez)
MR
Una de las múltiples pintadas revolucionarias en LaHabana que recuerdan a la Cuba de otros tiempos (Foto: Mairelys Ramírez)
Hace un año que Fidel Castro prestó las riendas la revolución cubana a su hermano
Raúl, de 76 años, y en la isla todo sigue igual. O casi todo porque Fidel se ha metido a periodista-columnista durante su recuperación y sus reflexiones -como él las llama-, se publican generosas en el diario
Juventud Rebelde aunque sólo tenga ocho páginas. Mientras, en la calle, el cambio más visible es que hay pocos camellos en La Habana porque los están sustituyendo por autobuses articulados, y todos los conductores de moto llevan un casco puesto desde el 1 de enero.
Uno de pocos camellos que aún circulan en LaComo la medida no especifica que sean homologados, el cubano se pone cualquier cosa en la cabeza con tal de que no le multen y perder el carné de conducir. Y lo mismo se ve un casco de obra, que de bomberos, que el que se usa para jugar al béisbol. Hay muy pocos homologados. El Gobierno calcula que hacen falta 100.000 y los ha comenzado a vender en 150 pesos, un precio subvencionado pero que en cualquier caso es casi la mitad del salario medio en Cuba que anda por los 360 pesos (12 euros).

Escasa preocupación por el Comandante

Curiosamente en las casa cubanas se habla más de esto y de las nuevas normas de la aduana (en vigor desde junio) que por primera vez en décadas permiten que cualquiera que viaje a la isla pueda entrar DVD, vídeos, ordenadores y cualquier aparato electrónico previo pago de lo que costó en el extranjero; que de la salud del Comandante. "Que lleve un año fuera del mando le interesa sólo a la gente de fuera, nosotros no hablamos de eso", explicaba ayer un escritor habanero -que forma parte de ese 70% de la población que ha nacido después de 1959- mientras dejaba escapar las horas en una de las pocas cafeterías de El Vedado donde es posible pagar cafés, refrescos y mojitos en pesos cubanos.

Son pocos los que creen en Cuba que Fidel regresará al poder. Un año después de delegar "con carácter provisional" el poder en un equipo de siete personas encabezado por Raúl, su sustituto según la Constitución, ejerce de gurú pero en la sombra aunque al varón más pequeño de los Castro se le sigue llamando aquí segundo, por más que haga de presidente y primer secretario. Se esperaba que Fidel reapareciera el pasado 26 de julio, la fiesta revolucionaria más importante del año y la que más le gusta, pero nada. La última vez que se le vio fue hace un año, en la misma celebración. Al día siguiente tuvo que ser operado de una grave enfermedad intestinal.

Días después, sólo intervino por escrito en su "reflexión" felicitando a los deportistas por su actuación en los Juegos Panamericanos y recordando la maldad del imperialismo, tema estrella de todas sus columnas, que se publican desde finales de marzo religiosamente. En ellas lo mismo habla de las grandes desigualdades del mundo y el submarino inglés, hasta la malvada idea de Bush de producir etanol a partir del maíz como combustible alternativo.

Un 'guía espiritual'

Fidel es hoy solo un guía espiritual que se resiste a dejar el barco. En las calles ya hay carteles felicitándole por su 81 cumpleaños el próximo 13 de agosto. Hoy ha vuelto a hacerse notar en Juventud Rebelde con la enésima reflexión cuando se cumple un año de su retirada.


La Habana ya se prepara para el 81 cumpleaños deDe su lectura es difícil extraer alguna revelación, alguna pista. Ni siquiera el más experimentado lector entre líneas, un ejercicio al que ya están acostumbrados los cubanos y la prensa extranjera. Y hasta cuando habla de su vuelta al mando lo hace con rodeos y metiendo a Estados Unidos en el ajo: "Ahora me acosan con preguntas sobre el momento en que volveré a ocupar lo que algunos llaman el poder, como si tal poder fuera posible sin independencia. Hay un poder real y destructivo en el mundo, emanado de un imperio decadente que a todos amenaza".

Lo más claro que dice en su columna de hoy es que cualquier decisión se le consulta. De su salud, nada. Ni siquiera se refiere a ella su propio hermano cuyos discursos están empezando a encandilar al pueblo porque a la vez que achaca al bloqueo la falta de carne, leche, transporte y medicamentos, critica los errores de dentro.

Todo el mundo lucha para sobrevivir
El 26 de julio, por primera vez en 30 años, le tocó a él la arenga. Muy claro habló de incrementar la inversión extranjera y de "introducir los cambios estructurales y de conceptos que resulten necesarios". Eso que para cualquiera puede ser un adelanto de por donde van los tiros, para el cubano no tiene más trascendencia.
Aquí nadie habla de transición, sólo de comer y tratar de buscar la vía de marcharse. Ni siquiera después del discurso de Raúl porque son pocos los que creen en que la autocrítica sirva para algo. "Llevamos años escuchando que la culpa de los males es del bloqueo y de la ineficiencia y la burocracia y de que la gente no trabaja. Pero no se arregla y la gente que trabaja para el Estado sigue robando si puede, y lo mismo el que trabaja con el turista. Todo el mundo lucha para sobrevivir", se lamenta Odalys Sarabia.

Si le preguntas a un cubano por Fidel, Raúl o cualquier otro asunto comprometido, hay una frase que no falla: "no es fácil". Aquí se usa para todo: para hablar del calor o de la falta de coches de rent a car. Los pocos que hay suben en verano aprovechando el aluvión de turistas: entre 75 y 90 euros al día lo más económico. Un trabajador de la única empresa que ahora alquila en Cuba tiene su propia frase para definir lo que pasa en su país: "Cuba es como las mujeres, que se quieren pero no se entienden".

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