Cuando una mujer se pone de parto nunca se sabe el tiempo que va a tardar en dar a luz. Es el caso de Andrés, que el día 21 tuvo que esperara 26 horas para que naciera su nieto Hugo.
Sin embargo, lo que si se puede es intentar que la espera sea lo más agradable posible. Andrés ha presentado una queja ante el Servicio de Atención al Paciente del Clínico por el mal estado en el que se encuentra la sala de espera de la planta de Maternidad. «Por llamarlo sala de espera, porque es el rellano del ascensor», explica. «Hay un sinfín de asientos rotos, sin apoyos, con peligro de caerse. Al lado están las cabinas de teléfono, sobre las que se acumulan contenedores de basura...», subraya.
En la reclamación también pregunta por qué están los servicios cerrados. «Hay que estar todo el día subiendo o bajando de planta. No hay derecho», comenta indignado Andrés, que no sabe aún si reclamará a instancias superiores.
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