El teniente que mató a dos compañeros dice que "una mancha roja en el cerebro" le impide recordar

El teniente coronel Antonio Peñafiel declaró ayer ante el Tribunal Central Militar que una "mancha roja en el cerebro" le impide recordar haber matado a dos guardias civiles y herido a otro en la Comandancia de Albacete el 17 de junio de 2003 y dijo que su herida en la cabeza fue de "un disparo que me hicieron" ese día.
Antonio Peñafiel
Antonio Peñafiel
Antonio Peñafiel
El miércoles, pasadas las 10:00 horas, el tribunal inició con la declaración de Peñafiel el proceso en el que se juzgan los delitos por los que el fiscal pide 62 años de cárcel y la defensa la absolución por enajenación mental transitoria para el ex jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Albacete.

Peñafiel ha sido acusado de asesinar al segundo jefe de estas dependencias, Isidoro Turrión, y al médico del acuartelamiento, Francisco Naharro, y de herir de gravedad al que entonces era el jefe de la Comandancia, Antonio Lázaro Gabaldón, para posteriormente dispararse en la cabeza.
Peñafiel afirmó que no intentó suicidarse y que "alguien" le disparó
Sobre este impacto, Peñafiel rechazó la hipótesis del suicidio y dijo que "alguien" le disparó. En este sentido, explicó que un disparo a bocajarro produce quemazón en la piel, algo que "nunca tuve en mi cabeza", agregó, una argumentación contraria a lo que hasta ahora se manejaba en la instrucción del caso.

En respuesta al interrogatorio del fiscal, acusación particular, abogado del Estado y defensa, Peñafiel mostró su "profundo" arrepentimiento por esta "tragedia" de la que dijo haberse enterado días después, al despertarse en el Hospital General Universitario de Albacete a través de su hermano y los recortes de prensa que daban cuenta de los hechos a los que no dio crédito, dijo.
Tuve una mancha roja en el cerebro o la mente nublada qu me llevo a cometer los hechos hoy juzgados
El teniente coronel admitió que su recuerdo del día 17 de junio de 2003 termina con su entrada al acuartelamiento, pero que a partir de ese momento "tuve una mancha roja en el cerebro o la mente nublada que me llevó a cometer los hechos hoy juzgados", una mancha que definió como una "expresión gráfica" de lo que sintió en la mañana de ese día.

Tras insistir en que no estaba en su "sano juicio" afirmó que no era capaz de entender ni se reconocía como persona capaz de cometer los hechos contra sus compañeros de Comandancia con los que dijo mantenía una "buena amistad".

Asimismo, confesó que la acumulación de todos los malos momentos vividos durante los once meses "insufribles" que estuvo al frente de la Comandancia, cargo del que fue cesado en el mes de febrero del mismo año, "nubló su mente".
Si me hubieran concedido el traslado hoy no estaríamos hablando de esta tragedia
Entre las causas de la situación que le llevaron a cometer los hechos, Peñafiel apuntó a su antecesor José Luis Madero; al comportamiento del general jefe de la Benemérita de Castilla-La Mancha, Juan Carlos Rodríguez Burdela; y a la decisión del entonces director general de la Guardia Civil Santiago López Valdivielso por su orden de retirarle las armas y no concederle un traslado a Sevilla.

Sobre este último punto, agregó que fue
"desposeído arbitrariamente de su arma y munición reglamentarias" y precisó que si se hubiera admitido su petición de traslado formulada dos meses antes de los hechos "hoy no estaríamos hablando de esta tragedia".

Al término de la vista oral, el abogado de Peñafiel, Marcos García Montes, destacó que "ha quedado acreditado" que el teniente coronel "ha sufrido persecución, acoso y derribo" y que con su testimonio "ha demostrado que no recordaba nada" por sufrir "una enajenación mental transitoria".
El teniente cumplió con su amenaza de que los cimientos de la Guardia Civil iban a temblar
Por el contrario, uno de los letrados de la acusación particular, José Joaquín Ramón, resaltó que Peñafiel ha puesto de manifiesto que "lo recordaba todo" y añadió que "no hay ninguna duda" de que el teniente coronel "cumplió con su amenaza" de que "los cimientos de la Guardia Civil iban a temblar", tal y como declaró antes del suceso.

Este proceso, al que están citados más de una treintena de testigos, se prolongará durante una semana.
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