Tribunales.- Condenados los socios de una empresa de turismo rural por estafar en el cobro con tarjetas

El juzgado de lo Penal número 3 de Jaén ha condenado a seis meses de prisión por un delito continuado de estafa a dos socios y responsables de una empresa de Andújar (Jaén) destinada a gestionar alojamientos de turismo rural que se quedaban con los datos de las tarjetas de sus clientes extranjeros para luego seguir pasándoles cobros por servicios no prestados. De esta forma, consiguieron estafar hasta 50.000 euros que ahora deberán devolver en concepto de responsabilidad civil.

El juzgado de lo Penal número 3 de Jaén ha condenado a seis meses de prisión por un delito continuado de estafa a dos socios y responsables de una empresa de Andújar (Jaén) destinada a gestionar alojamientos de turismo rural que se quedaban con los datos de las tarjetas de sus clientes extranjeros para luego seguir pasándoles cobros por servicios no prestados. De esta forma, consiguieron estafar hasta 50.000 euros que ahora deberán devolver en concepto de responsabilidad civil.

La sentencia a la que ha accedido Europa Press, recoge en el apartado de hechos probados que R.S.A. e I.S.G. abrieron una cuenta en una entidad de Lahiguera (Jaén) para cobrar a los clientes que se hospedaban en sus instalaciones. Para ello, la entidad les facilió un datáfono.

"Con un ánimo de enriquecerse a costa de los bienes ajenos y aprovechando que los huéspedes que se alojaban en sus instalaciones no eran españoles en su mayoría, los dos acusados puestos de común acuerdo, fotocopiaban los pasaportes de sus clientes y de la misma forma copiaban el número de las tarjetas de crédito/débito con las que pagaban", relata la sentencia.

Una vez obtenidos los datos, los acusados introducían manualmente en el datáfono dichos números con el fin de seguir cobrando indebidamente cantidades que superaron los 50.000 euros.

De esta forma, los acusados realizaron unas 36 operaciones durante los meses de enero y febrero de 2012, de las que 25 fueron rechazadas, pero por las once que fueron aceptadas consiguieron embolsarse 57.541 euros. Las operaciones eran rechazadas en la mayoría de los casos por tarjetas anuladas, extraviadas o que no tenían saldo suficiente.

Ante las posibles alarmas que podían generar con dichas operaciones, abrieron otra cuenta en otra entidad de Andújar que a su vez les facilitó otro datáfono. Con este nuevo datáfono consiguieron que se aceptara un cobro de 9.800 euros, aunque saltaron las alarmas de operación fraudulenta y el banco pudo intervenir la operación por lo que los acusados no lograron apoderarse del dinero.

La sentencia se dictó con la conformidad de los dos acusados que aceptaron de esta forma las penas propuestas por el Ministerio Fiscal.

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