Al menos diez personas han muerto este martes en el centro turístico de Estambul después de que un supuesto suicida del grupo terrorista Estado Islámico detonase un artefacto explosivo en la plaza Sultanahmet, según el Gobierno de Turquía, que ha identificado a todos los fallecidos como extranjeros.

El ataque, en el que también han resultado heridas al menos quince personas, ha tenido lugar a las 10.20 (hora local) cerca de la Mezquita Azul, el Palacio Topkapi y Santa Sofía, iglesia bizantina del siglo VI convertida en museo.

El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, ha confirmado que ocho de las víctimas eran alemanas. En una comparecencia ante los medios de comunicación, Steinmeier señaló que, según la información que ha facilitado al Gobierno de Berlín el Ejecutivo turco, hay además nueve alemanes heridos, algunos de ellos de gravedad.

La cancillería de Perú aseguró en un primer momento que había un ciudadano de este país latioamericano entre los fallecidos, pero posteriormente informó que no había podía confirmarlo y estaban pendientes de la identificación los cuerpos de 2 personas.

Por otra parte, fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores consultadas por 20minutos han asegurado que, según los datos facilitados por el Gobierno de Turquía a las autoridades consulares, no hay constancia de españoles entre los fallecidos y/o heridos.

Según el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, el atentado ha sido obra de un "terrorista suicida de origen sirio". Por su parte, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, en una comparecencia recogida por la cadena NTV, afirmó que el terrorista era miembro de Estado Islámico.

El joven tenía 28 años, dijo el viceprimer ministro, Numan Kurtulmusha, después de añadir que la mayoría de las víctimas son ciudadanos extranjeros. Kurtulmus ha informado también de que entre los 15 heridos hay dos en estado crítico.

El periodista Piotr Zalewski aseguraba a primera hora a través de su cuenta de Twitter que la explosión se ha escuchado a varios kilómetros de distancia. Imágenes emitidas por cadenas de televisión locales mostraban a ambulancias, camiones de bomberos y patrullas de Policía a la zona, que ha sido acordonada. El tráfico en las calles adyacentes se ha interrumpido y el tranvía cercano ha dejado de circular como medida de precaución, según agrega CNNTürk.

Dado que la Mezquita Azul es uno de los lugares más turísticos de Turquía, se especula con que se trata de un atentado destinado a dañar una de las principales industrias del país. El Gobierno ha celebrado una reunión de urgencia, con la intervención de los responsables de Interior, Sanidad y Asuntos Exteriores, así como responsables de los servicios de Inteligencia y Seguridad.

La mezquita y los monumentos cercanos, como Santa Sofía y el palacio de Topkapi, forman el principal complejo turístico de Estambul, ciudad que recibe al año casi diez millones de viajeros. El presidente de la Asociación de Turismo de Sultanahmet indicó al diario Hürriyet que el ataque "es un gran golpe al turismo de toda la región". "Hay 7.000 hoteles en esta zona. Los turistas ahora quieren irse. Ya están buscando billetes (para regresar a sus países). Con esta explosión, el año 2016 ha terminado para nosotros", ha agregado.

Erdogan afirmó que este ataque muestra una vez más que hay que "estar unidos contra el terror". "Turquía es el primer objetivo de todas las organizaciones terroristas que actúan en la región porque Turquía lucha contra ellas de forma decidida", añadió.

Simultáneamente, en el distrito Maltepe, un incendio en un hotel ha mantenido atrapadas a varias personas en los pisos superiores del edificio. El edil del distrito, Ali Kilic, ha anunciado después que todas habían sido rescatadas. El fuego ya está bajo control.