El reparto de refugiados sigue estancado: sólo 272 personas de 160.000 han sido reubicadas

  • De seguir el ritmo actual, el plan que la Comisión Europea anunció en septiembre para reubicar a 160.000 refugiados tardaría 193 años en aplicarse.
  • Hasta el momento, España sólo ha abierto sus puertas a 18 de las 9.323 personas que se comprometió a acoger.
  • Antonio Guterres, ex alto comisionado de Naciones Unidas para los refugiados, asegura que el sistema europeo de asilo se encuentra "al borde del colapso"
  • Suecia, Dinamarca, Austria, Alemania y Francia aplican actualmente controles fronterizos para frenar a los refugiados, lo que deja a Schengen bajo presión.
Refugiados esperan para subirse a un tren en Alemania.
Refugiados esperan para subirse a un tren en Alemania.
EFE
Refugiados esperan para subirse a un tren en Alemania.

El reparto de refugiados sigue avanzando a un ritmo dramáticamente lento. Hasta el momento sólo 272 personas han sido reubicadas. El plan que la Comisión Europea anunció en septiembre para reubicar a 160.000 refugiados en dos años se encuentra estancado y, al ritmo actual, harían falta 193 años para cumplirlo.

España sólo ha abierto sus puertas a 18 de las 9.323 personas  que se comprometió a acoger tras un primer reparto de 98.256 plazas sobre las 160.000 totales.

Más de un tercio de los recolocados -según datos actualizados a 4 de enero de 2016- han tenido como destino Finlandia (111), que se sitúa como el país que más refugiados ha acogido seguido de Suecia (39), Luxemburgo (30), Portugal (24), Alemania (21), Francia (19), España (18), Bélgica (6) y Lituania (4).

En cuanto al número de plazas disponibles desde ya, España se sitúa entre los países que menos ofrecen con sólo 50, muy lejos de las 1.302 que dice tener Bulgaria, las 900 de Francia o las 467 de Letonia. Hasta el momento, sólo 18 de los 27 Estados miembros han específicado de cuántas plazas disponen.

Desde la Comisión Europea aseguran que la institución está "constante y continuamente" trabajando para cordinar la respuesta europea ante la crisis migratoria.

La lentitud de la aplicación del plan contrasta con las declaraciones de Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea (CE), que el pasado mes de septiembre se refería a la reubicación de estos 160.000 refugiados como la "principal prioridad" para la Unión. "Sólo suponen un 0,11% de la población europea", añadió defendiendo las posibilidades operativas del plan de recolocación.

En el mismo sentido de urgencia se pronunció la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que tras el anuncio del reparto por parte de la CE explicó que su Ejecutivo trabajaría "intensamente" para garantizar tanto la acogida como la integración de los mismos a corto y medio plazo. La vicepresidenta llegó a asegurar que ella misma se encontraba hablando con distintas ONG para saber "cómo hacer para que lleguen cuanto antes".

Sigue el constante goteo de muertos en las cosas

El paso del tiempo ha hecho que este sentido de urgencia que las autoridades europeas aseguraban tener se diluya. Mientras tanto, el Mediterráneo escupe casi a diario los cuerpos de refugiados que fallecen tratando de llegar a Europa.

En 2015 más de un millón de personas cruzaron dicho mar huyendo de la guerra o el hambre. Al menos 3771 de esas personas murieron por el camino, según estima la Organización Internacional de las Migraciones. Del total de muertos, 74 se atribuyen a la ruta oeste del Mediterráneo, que conecta el norte de áfrica con la Península Ibérica. Además, a esa cifra habría que sumar la muerte 32 personas camino de las Islas Canarias.

El nuevo año no ha traído mejores noticias en ese aspecto. El primer refugiado muerto de 2016 fue un niño sirio de dos años y el pasado martes 31 personas fueron encontradas sin vida en las costas de Turquía.

En múltiples ocasiones -tras la tragedia de Lampedusa, por ejemplo- los líderes de la UE se han comprometido a actuar para disminuir el número de muertos en el Mediterráneo. Sin embargo, la Unión Europea sigue sin contar con una mision específica de salvamento y rescate marítimo en el Mediterráneo. Desde mayo del año pasado es la agencia de Fronteras de la UE -cuya misión no es otra que la de vigilar las fronteras- a la que se le atribuyen las labores de búsqueda y rescate de personas.

Al borde del colapso

El ex alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) António Guterres aseguró este martes que la UE ha sido incapaz de gestionar la crisis de reguiados y alertó de que puede producirse un colapso del sistema europeo de asilo.

Hay un "riesgo serio" de que este año, después del invierno, "pueda haber un colapso del sistema europeo de asilo" si no se aborda la situación, advirtió Guterres en la apertura de un seminario diplomático en Lisboa. En este ámbito, subrayó el ex alto comisionado, se está "al borde del precipicio".

"La UE en su conjunto ha sido incapaz de gestionar colectivamente esta situación y se ha producido un caos en el movimiento de las personas", afirmó. Guterres, que a finales del año pasado terminó su mandato en Naciones Unidas tras diez años en el cargo, consideró "necesario dar un apoyo estructural mucho mayor a los países donde los refugiados buscaron el primer refugio ".

"Sólo hay una manera de organizar un movimiento así y es hacerlo en el punto de entrada", explicó y situó ese lugar en Grecia

Aumenta la presión sobre la zona Schengen

Los últimos controles fronterizos impuestos en Suecia y Dinamarca para frenar la entrada de refugiados aumentan la presión sobre el espacio Schengen de libre circulación de personas en la UE, cuestionado en los últimos meses por la aplicación de este tipo de medidas en un número creciente de países.

Aunque la Comisión defiende con insistencia que Schengen es uno de los pilares básicos de la Unión y asegura que su existencia no se cuestiona, la aplicación de controles fronterizos desde que comenzó la crisis de refugiados está cada vez más extendida en los Estados miembros.

La CE comenzó el lunes a analizar la reintroducción temporal de controles por parte de Dinamarca en su frontera con Alemania, notificada el mismo día a Bruselas y que en principio está previsto que se aplique entre el 4 y el 14 de enero.

Aparte de Suecia y Dinamarca, en estos momentos aplican estas medidas Austria, Alemania y Francia, así como Noruega, que no es miembro de la UE, pero sí del área de libre circulación de Schengen.

Hasta la fecha, la Comisión ha dado el visto bueno a esos controles temporales en todos los casos. La normativa que regula Schengen prevé la aplicación de ese tipo de controles con carácter excepcional, solo en casos de grave amenaza al orden público o a la seguridad interna.

El portavoz alemán de Exteriores, Martin Schäfer, subrayó que "la libertad de movimiento en Europa y en la UE es un bien muy preciado, quizás el logro más importante de los últimos 60 años", pero consideró que Schengen "está en peligro", a la vista del flujo de refugiados con el que la Unión ha tenido dificultad de lidiar en los últimos meses.

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