El director de 'Palmeras en la nieve', Fernando González Molina, ha subrayado esta tarde que la película invita a los espectadores a embarcarse "en un gran viaje épico".

"Es una de las películas con las que te sientas en la butaca y durante dos horas te lleva a un gran viaje en el tiempo, a otro lugar, a otra época", a ser testigo de la vida de sus personajes y de su viaje "de supervivencia".

La historia, basada en la novela homónima de la aragonesa Luz Gabás, "te aleja, te hace olvidar dónde estás, quién eres, y te traslada donde se propone", para conocer el pasado como colonia española de Guinea Ecuatorial, en un relato que "busca emocionar y espero que lo haga".

Así lo ha subrayado el cineasta Fernando González Molina en declaraciones a Europa Press con motivo de la presentación de 'Palmeras en la nieve' esta tarde en la localidad oscense de Monzón, a donde ha viajado acompañado de la autora, la montisonense Luz Gabás, y los actores Alain Hernández y Macarena García.

La cinta llegará a los cines de toda España este viernes, día 25 de diciembre, y en estos días previos "estamos nerviosos y expectantes", ha admitido González Molina, al recordar que "llevamos más de tres años con la película, ha sido un viaje muy largo", casi como el que realizan los protagonistas de esta historia, "y estamos deseando ver la reacción de la gente real en el cine".

En los primeros pases que se han programado "ha funcionado muy bien, se emocionan mucho", ha resaltado, para agregar que todo el equipo tiene "ganas de que sea el estreno real" y, especialmente, de que la disfruten los montisonenses y oscenses, dado que este municipio altoaragonés es uno de los lugares que ha inspirado la historia y la localidad natal de la autora, Luz Gabás.

En Monzón, para la proyección que se ofrece esta tarde "en hora y media se agotaron las 700 localidades y eso impone" porque esta cinta "tiene mucho que ver con Huesca y con Aragón y quiero que la sientan como suya".

"como una gymkhana"

Protagonizada, entre otros, por Mario Casas, Adriana Ugarte, Macarena García, Alain Hernández, Berta Vázquez y Emilio Gutiérrez Caba, 'Palmeras en la nieve' se rodó entre Colombia, Huesca y Gran Canaria, durante catorce semanas y con la participación de 70 actores, 250 técnicos y 2.200 extras. En su banda sonora, además, ha participado el cantautor Pablo Alborán.

La historia arranca con el descubrimiento accidental de una carta olvidada durante años que empuja a Clarence (Adriana Ugarte) a viajar desde las montañas de Huesca a Bioko para visitar la tierra en la que su padre Jacobo (Alain Hernández) y su tío Killian (Mario Casas) pasaron la mayor parte de su juventud, la isla de Fernando Poo.

En las entrañas de un territorio tan exuberante y seductor como peligroso, Clarence (Adriana Ugarte) desentierra el secreto de una historia de amor prohibido enmascarado en turbulentas circunstancias históricas cuyas consecuencias alcanzarán el presente.

Dar vida al relato ideado por Luz Gabás "ha sido como una gymkhana", ha señalado el director, al observar que no ha sido un rodaje convencional, que normalmente tiene una duración de siete u ocho semanas, sino que en este caso "ha sido una pre-producción larga, buscando decorados por Costa Rica, Colombia, y el rodaje se hizo en Colombia, Huesca y Canarias en tres épocas del año".

EXTREMOS

"En verano rodamos en Las Palmas, después paramos un mes, rodamos en Colombia, paramos de nuevo, y rodamos en enero en Benasque", un rodaje "muy largo, extremo", en el que el equipo se ha enfrentado a "avionetas, barcas, animales exóticos y lluvias torrenciales". De esta forma, han logrado reflejar en pantalla "ese contraste y extremos entre la nieve aragonesa y el calor del trópico africano".

Sobre el reparto, ha afirmado que "rodar con ellos ha sido una maravilla, con todo el elenco, con los 75 actores" tanto profesionales como aficionados y "gente que no había hecho nada de cine", con los que ha vivido una experiencia "muy interesante".

Fernando González Molina ha detallado que llegó hasta el libro de Luz Gabás gracias al actor Mario Casas que "me habló de él" y por su productora que "me dijo que lo leyera para adaptarlo. Me dio la novela y en cien páginas dije ya que sí, sin saber cómo acababa", porque era una historia "tan ambiciosa, visualmente poderosa, evocadora y grande que me pareció que había que hacerla".

Una historia "apasionante y evocadora"

Respecto a la novela, González Molina ha considerado que en el texto de Luz Gabás "hay una película clarísima en el tono y la intención, es una historia épica, apasionante, es evocadora y nuestra gran ambición es que acabar la película sea como acabar la novela".

"Hemos conseguido" que en la pantalla se vea el viaje de veinte años a Guinea y ha confiado en que la cinta sea fiel al relato, para apuntar que han querido "hacer nuestra su historia para que el espectador la haga suya" también.

Con Luz Gabás "tenemos una relación muy intensa, desde la distancia y el respeto, nos ha dejado trabajar, que no es fácil porque es su criatura, su novela, pero nos ha dejado espacio" y le han pasado las distintas versiones del guión "para escucharla". Además, "en el rodaje nos ha sido muy útil como documentalista y asesora de lujo".

"Por lo que me dicen creo que Luz está muy contenta con la peli" y en el primer pase en el que participaron "me apretó fuerte la mano, me abrazó y creo que estaba contenta", aunque el director ha reconocido que ver la película "produce un shock porque son sus personajes puestos en pie".