Este 11 de diciembre se ha celebrado el Día Internacional de las Montañas. En esta ocasión, la ONU ha elegido cono lema la promoción de productos de montaña; que son muchos. De hecho, la riqueza de los paisajes montañosos españoles ofrece grandes posibilidades de negocio que contribuyen a garantizar su conservación.

Lo asegura el Colegio de Ingeniero de Montes, que asegura que estos ecosistemas ofrecen además grandes servicios medioambientales, como frenar los efectos del cambio climático o evitar desastres naturales. "Es una buena iniciativa tratar de incentivar el consumo de productos que proceden de zonas de montaña porque contribuye al desarrollo de una economía sostenible del monte", reconoce el decano del Colegio, Carlos del Álamo.

La globalización ofrece oportunidades para los productores de montaña del mundo entero de comercializar sus productos de alta calidad. La riqueza de los paisajes de montaña españoles abren un gran abanico de servicios relacionados con el turismo como las rutas por senderos naturales, el alpinismo, el esquí, ciclismo, carreras de montaña o la recolección de setas u otros frutos del bosque. “Ofrecen posibilidades de negocio y al mismo tiempo contribuyen a garantizar su conservación, permitiendo así la sostenibilidad de esas zonas que han sufrido en las últimas generaciones la emigración hacia la ciudad de gran parte de sus habitantes", explica del Álamo.

El decano defiende que uno de los grandes proyectos de este siglo debe ser incentivar el impulso de estas áreas, y que ese desarrollo se entienda desde un punto de vista económico, pero también ambiental, para garantizar la mejora del entorno natural y el futuro de su biodiversidad. Las montañas ofrecen a la sociedad imprescindibles servicios medioambientales, como frenar los efectos del cambio climático absorbiendo el CO2 o evitar desastres naturales, además de ser fuente de energía sostenible a través de la biomasa.

En su opinión, las montañas son riqueza, y esa riqueza deber ser materializada y obtener para ella el mayor beneficio. "El capital natural es la base de una economía sostenible y protectora del medio ambiente, y los mercados que lo regulan son, en ciertos lugares, ya una realidad", sostiene. Los ingenieros de Montes consideran que el desarrollo sostenible de las montañas requiere de una gestión adecuada y profesional que permita suministrar bienes y servicios a los habitantes locales, ahora y en el futuro. "El desarrollo sostenible de la montaña permitirá la mejora de la condición de vida de sus habitantes y la garantía de la perpetuación de los ecosistemas", explica el decano.