El Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia ha alertado sobre los problemas cada vez mayores que ocasionan las toallitas húmedas de higiene personal en las redes de saneamiento, y el coste, no sólo económico sino medioambiental que ello implica.

Según recoge el boletín que el Consorcio envía a los domicilios vizcaínos adjunto a la factura, aunque algunos envases indican que las toallitas pueden desecharse por el wc, lo cierto es que su proceso de degradación es "muy lento" y llegan casi intactas a las depuradoras.

En su recorrido, forman masas de tejidos compactados que provocan enormes atascos en los desagües, en las bajantes comunitarias, en los sistemas de alcantarillado, en los colectores, bombeos y en las propias plantas depuradoras.

En una ciudad de tamaño medio, como puede ser Bilbao, se recogen cada día de las canalizaciones de saneamiento unos 8.000 kilos de toallitas. Los daños ocasionados en las instalaciones de depuración de aguas residuales suponen en toda Europa un sobrecoste anual de casi 1.000 millones de euros.

Por otro lado, cuando se ocasiona un colapso, en la red se produce el vertido de aguas sin tratar al medio ambiente, lo que incrementa la contaminación de los acuíferos. Por todo ello, y a la espera de que cambie la normativa de etiquetado de estos productos, la recomendación es que "ponga lo que ponga en el envase, es mejor tirar las toallitas siempre a la basura y nunca por el váter".

Aceite usado

La entidad consorciada alerta también de los problemas que genera el aceite usado de cocina que, como las toallitas, mezclado con otros residuos, forma grandes bolas de grasa que atascan la red, pero sobre todo, contamina el agua.

Un estudio realizado por el Consorcio de Aguas cifra en 1,6 millones de euros, el coste anual para tratar en las depuradoras los aceites usados de cocina que se vierten por el fregadero y/o wc, una media de 3,5 millones de litros al año en Bizkaia.

Un litro de aceite usado contiene aproximadamente 5.000 veces más carga contaminante que el agua residual/fecal, pudiendo llegar a contaminar 40.000 litros de agua, que es equivalente al consumo de una persona en un año. En este caso, desde el Consorcio de Aguas se recomienda recoger el aceite usado y depositarlo en el contenedor naranja para su adecuado tratamiento.