El comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Nils Muiznieks, tachó este jueves de "desastrosa" la gestión de los países europeos de la crisis migratoria, en la que solo este año más de 3.600 personas, muchas de ellas mujeres y niños, han perdido la vida intentando llegar al continente.

"Eran demandantes de asilo o inmigrantes, pero sobre todo seres humanos que pensaban que sus vidas y su dignidad importaban en Europa", señaló Muiznieks, para quien si no se cambia la forma de actuar los principios de la declaración mundial de los derechos humanos "habrán perdido su significado".

En una nota difundida por su organismo, el comisario admitió que en los últimos meses Europa ha afrontado la llegada sin precedentes de inmigrantes y demandantes de asilo, pero subrayó que aunque la situación ha supuesto un desafío, la respuesta individual y conjunta ha sido insatisfactoria a nivel humanitario.

Algunos países, recordó, han endurecido su legislación migratoria, en algunos casos criminalizando las entradas y salidas irregulares. Otros han levantado vallas y los casos de violencia policial han aumentado. "Este enfoque es equivocado y provoca sufrimiento innecesario a gente que ya ha atravesado experiencias muy traumáticas y tomado rutas peligrosas en busca de protección", añadió.

Muiznieks señaló que no se puede tolerar y que los países europeos deben entender que la situación de quienes intentan llegar actualmente a Europa no es diferente de la de "nuestros padres y madres, que, no hace tanto, escapaban de guerras, persecuciones, tortura o pobreza".  Por ello, instó a diseñar políticas más humanas que mejoren las condiciones de recepción, faciliten el paso de ese colectivo y su acceso al asilo e impulsen una integración eficaz en las naciones que los alberguen.