Es un ingreso pagado por el Estado como derecho de cualquier ciudadano sin tomar en cuenta si es rico o pobre y sin importar con quién conviva. Un ingreso modesto pero suficiente para cubrir sus necesidades básicas.

¿Qué objetivos persigue su implantación?

En primer lugar, prevenir y acabar con la pobreza. En España hay ocho millones de pobres, y las cifras aumentan.

¿Estamos peor aquí que en otras partes?

Los países ricos no han logrado acabar con este problema. Y luego está la eficiencia. Las ayudas actuales están muy burocratizadas y los que las necesitan o las desconocen o, en la práctica, apenas tienen acceso.

Pero si todo el mundo tuviera esos ingresos, nadie querría trabajar.

Al tener las necesidades básicas cubiertas, el ciudadano podría elegir su participación en el mercado laboral remunerado y realizar trabajos útiles a la sociedad y no reconocidos económicamente, como el trabajo doméstico o de voluntariado. Además, solucionaría muchos de los problemas de las personas dependientes o discapacitadas.

¿No es una idea utópica?

En absoluto, la Red Renta Básica es un movimiento internacional integrado por profesores universitarios, economistas y estudiosos, además de sindicatos, un espectro político importante, ONG y ciudadanos, y hemos realizado investigaciones muy completas.

¿Pero ve algún avance a la vista?

En el último debate del estado de la nación, el Congreso de los Diputados ha dado luz verde a una comisión que estudie la viabilidad de implantación de este sistema. Se trata de dar coherencia e integración al sistema fiscal y de prestaciones sociales y evitar el fraude y los desincentivos con respecto al empleo.

¿Qué cantidad económica sería necesaria?

Hay que barajar dos elementos: el mínimo que se necesita para sobrevivir y cuál es la riqueza del país. Los últimos estudios realizados en España nos dan una cifra superior a los 360 euros al mes por persona. En los menores de 18 años sería algo inferior y aumentaría en los mayores de 65 años.

¿Qué habría que cambiar?

Pocas cosas, bastaría con redistribuir la carga impositiva actual, acaso los más ricos deberían pagar algo más de impuestos, pero la cantidad es muy pequeña y, además, ellos también cobrarían la renta básica, como todos.

BIO

Nació en Zaragoza en 1960. Es economista y médico. Colaborador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas.