Un hombre acusado de asaltar y dar una brutal paliza a una anciana en su casa de Albal niega que la conociera

Las cámaras de seguridad de la vivienda le grabaron cuando llegó a la casa en compañía de su cómplice y agredió a la víctima
Los acusados junto a una traductora (dcha), en el juicio
Los acusados junto a una traductora (dcha), en el juicio
EUROPA PRESS
Los acusados junto a una traductora (dcha), en el juicio

Un hombre acusado de asaltar y dar una brutal paliza a una anciana de 90 años en su vivienda de la localidad valenciana de Albal ha negado que la conociera o, incluso, que acudiera a este domicilio. Y ello pese a las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la vivienda que le grabaron —su figura y tatuajes— cuando se personó allí en compañía de su cómplice.

En este procedimiento se han sentado en el banquillo de los acusados dos personas: este hombre, de nacionalidad rumana, y su entonces pareja sentimental. Para ambos el fiscal pide una pena de 12 años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa y otro delito de robo con violencia e intimidación en casa habitada.

Los hechos se remontan al 12 de abril de 2013 y días antes del asalto, los acusados habían ido estableciendo cierta relación con la víctima, a la que hicieron frecuentes visitas a su vivienda de Albal.

El día del incidente, sobre las 13.20 horas, la pareja se presentó en casa de la víctima —siempre según el relato del ministerio fiscal— y le indicaron que iban del parte del cura de la localidad, quien les había mandado para que ésta les diera 400 euros.

Al contestarles la mujer que no disponía de esa cantidad, el acusado aprovechó su superioridad para darle varios golpes en el rostro y arrastrarla a un dormitorio cercano momentos antes de registrar la vivienda. Mientras tanto, la acusada se ocupaba de labores de vigilancia.

Seguidamente ambos sustrajeron de la casa varios relojes y joyas con brillantes y esmeraldas, efectos tasados en 1.887,02 euros, más otros 1.600 euros que se llevaron en efectivo. Como consecuencia de la agresión, la víctima sufrió diferentes fracturas, estuvo dos meses en coma inducido y le han quedado como secuelas la pérdida de audición en un oído y la incapacidad para volver a caminar. Necesita, según su letrado, a una persona con ella las 24 horas del día.

"no le he robado"

El acusado, frente a esta versión y las imágenes recogidas en las cámaras de vigilancia, ha negado estos extremos y ha explicado ante el tribunal que ni conocía a la víctima ni había estado "nunca" en su domicilio: "No recuerdo haber ido sinceramente a esa casa nunca", ha expuesto. "No he estado allí y a ella no la había visto"; "no le he robado nunca dinero", ha reiterado a preguntas de las acusaciones.

Preguntado entonces por qué su expareja le incrimina en los hechos, ha respondido que "puede ser" porque le dejó y entonces ella le contestó en una ocasión que si le abandonaba, "no iba a poder disfrutar de la vida".

Respecto a su relación con el cura, ha indicado que llegó un día en que su exnovia le tiró de casa y cuando se encontraba en un banco, el cura se le acercó y le ofreció una casa para dormir. Así, pasó "unos dos días" en una vivienda "con muchas otras personas". Sin embargo, ha negado que fuera a visitar o a comer a la anciana con el sacerdote, o que le hubiera confesado a éste que había agredido a la víctima: "¿Cómo voy a decirle algo cuando yo no he hecho esa cosa?", se ha preguntado.

Interpelado por su regreso a Rumanía tras el suceso, ha explicado que no se fue por el robo o la agresión, si no porque había roto su relación con su pareja y ya "no tenía nada" que hacer aquí, con lo que decidió volver a su país. Sobre el importe del billete, ha respondido que se lo abonó su entonces novia.

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