El retraso se debe a la negativa de algunos vecinos a dejar sus casas el pasado mes de marzo, lo que paralizó las obras iniciadas cinco meses antes. El problema se solucionó el pasado 28 de junio, cuando el último de ellos se fue, permitiendo a la Xunta reanudar unos trabajos presupuestados en 5,7 millones.

El reinicio de las obras ha coincidido además con la puesta en marcha del proceso para expropiar los terrenos del siguiente tramo, entre Penamoa y la avenida de Finisterre, cuya ejecución corresponde también a la Xunta. El Ayuntamiento inició ayer los trámites administrativos para la ocupación del poblado chabolista, en la que gastará 4,4 millones de euros para compensar a los afectados. Son 170 familias que, en teoría, tienen hasta el 26 de julio para dejar el poblado, aunque, en la práctica, el desalojo tardará meses.

El Ayuntamiento sólo realojará a 40  familias en pisos por diferentes zonas de la ciudad, las que –según el Gobierno municipal– carecen de recursos. Si los plazos se cumplen, las obras comenzarán en octubre y durarán dos años. De Penamoa partirán los otros tres kilómetros del trazado urbano.

Costará 20 millones y llegará a Lonzas, donde enlazará con el tramo de 12 kilómetros que ejecutará Fomento.