Encierro fuera de hora

  • Cientos de jóvenes pamploneses participan en un encierro no autorizado.
  • Siguieron el ritual diario pero una vez acabados los sanfermines.
  • En vez de toros, utilizan una bicicleta para realizar el recorrido.
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Con una asistencia muy superior a la de otros años, el domingo, ya acabadas las famosas fiestas de San Fermín, cientos de jóvenes participaron en el encierro extraoficial organizado por el llamado Movimiento 15 de Julio. Este movimiento utiliza el día siguiente al fin de los sanfermines para protestar contra su progresiva conversión en un espectáculo internacional que cada año se distancia aún más de su carácter popular originario.

Por esta razón, los seguidores del Movimiento 15 de Julio no celebran el Pobre de mí a las 12 de la noche del día 14 sino que, en ese momento, se juntan en un restaurante para seguir celebrando las fiestas que, en su opinión, no acaban cuando lo digan las autoridades. Tampoco cumplen con el ritual, casi sagrado, de desanudarse el pañuelo rojo para retirarse a casa. Ellos continúan la juerga y siguen luciendo el pañuelico colorado al cuello.

Este año, más de 200 personas se dieron cita a esa hora tan emblemática en los frontones del Club Natación, junto al río Arga, para dejar constancia de su rechazo a la actual forma de celebrar los sanfermines. Tras ver una composición audiovisual sobre el citado movimiento, compartir mesa y mantel a base de ensaladas, revueltos de huevo, gambas y morcilla, chorizo a la sidra, cordero asado y sorbete de champán y limón, los asistentes se dirigieron a la sede del Muthiko Alaiak para compartir la fiesta con sus socios.

Objeto de las iras del Arzobispado

Esta peña ha jugado en estos Sanfermines un protagonismo especial debido a los ataques recibidos desde el Arzobispado, el Ayuntamiento y la Unión del Pueblo Navarro, partido asociado en la comunidad foral al PP, por la pancarta irreverente con la figura de Jesucristo que han lucido por las calles de Pamplona desde el 6 al 14 de julio.

Desde aquí comenzó por las calles del Casco Viejo una procesión laica, con uno de sus miembros disfrazado de San Fermín, sentado en un trono y llevado a hombros sobre una plataforma por varios jóvenes.

Como si se tratara de cualquier otra jornada sanferminera y tras pasar toda la noche bailando, a las 8 de la mañana del día 15, los seguidores del Movimiento 15 de Julio se encaminaron hacia la Cuesta de Santo Domingo, donde diariamente comienza el encierro de toros. Allí repitieron el ritual de cantar a San Fermín tres veces seguidas y, el Mono Txarli, símbolo del movimiento, se encargó de prender el cohete anunciador del inicio de la carrera. Cientos de jóvenes echaron a correr cuesta arriba, aunque en este caso no delante de los peligrosos astados sino de un ciclista que imita a Miguel Induráin, el navarro que ha ganado en varias ocasiones el Tour de Francia.

Varios policías municipales, situados en la Plaza del Ayuntamiento, hicieron un tímido amago de detener este encierro no autorizado pero, finalmente, optaron por retirarse al interior del Consistorio ante una avalancha formada por casi un millar de personas.

Rebasada la Plaza Consistorial, los corredores continuaron por Mercaderes y Estafeta para acabar en el Callejón de acceso al coso taurino, que, obviamente, estaba cerrado a cal y canto. Fue allí, a las 8,30, donde los seguidores del Movimiento 15 de Julio dieron por concluidos sus particulares sanfermines.

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