Entre el año 2000 y 2006 han nacido en Aragón 2.401 niños más que niñas. En total, durante este periodo han nacido 39.722 varones por 37.321 féminas. Esta diferencia, que no tiene una causa científica clara, suele darse por ciclos que al final van compensando la diferencia por sexos de la población, según explican expertos consultados por 20 minutos.

El equilibrio por sexos llega con las defunciones. Todos los años nacen más niños que niñas, pero también mueren más hombres que mujeres. Durante los últimos siete años han fallecido 48.034 hombres por 43.783 mujeres, lo que supone 4.251 varones más que féminas, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En la práctica, en la comunidad aragonesa siguen muriendo más personas de las que nacen. El año pasado nacieron 12.326 niños y se registraron 12.964 fallecimientos.

Con todo, el ritmo de incremento en el número de partos augura un mejor futuro para los próximos años. Desde 2000, el número de nacimientos se ha incrementado en Aragón un 24,2%. Ese año se registraron en la comunidad 9.921 alumbramientos, frente a los 12.326 del año pasado.

Impulso de la inmigración

La principal causa de este aumento reside en el incremento que ha tenido la población inmigrante. En el 2000, sólo el 5,2% de los nacimientos eran de madre extranjera, mientras que el año pasado este porcentaje se disparó hasta el 18,94%.

Las principales causas de fallecimiento son los tumores y los problemas cardiovasculares. La comunidad autónoma presenta una de las tasas brutas de mortalidad más altas de España, debido a su elevada población mayor.

Ya llegamos a los 80,6 años

Los aragoneses vivimos de media 80,6 años. Ellas viven siete años más que ellos. Las mujeres llegan de media hasta los 84,2 y los hombres hasta los 77,2. Estas cifras se encuentran por encima de la media española, que está en 80 años, y de la Unión Europea, que no pasa de los 75,1 años. En Aragón, el crecimiento vegetativo sigue siendo negativo (mueren más personas de las que nacen). Sin embargo, la llegada de parejas inmigrantes (suelen tener más niños) y la proliferación de matrimonios jóvenes apuntan a un posible cambio durante los próximos años.