Se rompen de la misma forma. Al tacto, también son similares. Incluso puede que tengan el mismo color. Cristal y vidrio se parecen, pero no son lo mismo.
Esta diferencia, que mucha gente no aprecia, hace que se tiren en los contenedores de reciclaje objetos como vasos, cristalerías, vajillas, jarrones y hasta ventanales y vitrocerámicas, que después resultan imposibles de reciclar.

Fuentes de Ecovidrio, la asociación que gestiona el reciclado, han informado de que «sólo el vidrio se puede reciclar; es decir, botellas, tarros y frascos. Todo lo demás son derivados y se diferencian en su composición química y en su proceso de fabricación. Los vasos y cristalerías nunca deben acabar en contenedores porque tiene otro circuito de reciclado diferente».

Museo de los horrores

Estas confusiones causan un gran trastorno a Ecovidrio, ya que paralizan el proceso de reciclado. Sin embargo, la gente no sólo echa objetos de cristal en los contenedores de vidrio. Fuentes de Ecovidrio han comentado que han encontrado en los cubos objetos tan variopintos como «pistolas, navajas, ollas a presión y carteras robadas que entregamos a la Policía». Sin embargo, esto no es lo más raro; han aparecido «muñecas hinchables y hasta consoladores».

El porcentaje de objetos impropios que aparecen en los contenedores alcanza el 1,5% (el año pasado se reciclaron en Valencia 9.190.560 de kilos, 11,4 por valenciano).

«La verdad es que podríamos crear una especie de museo de los horrores», comentan en plan de broma.

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