"Un buen cristiano sabe que las vacaciones son el periodo oportuno para relajar el físico y nutrir el espíritu, a través de una mayor oración y meditación, que hará crecer la relación personal con Cristo", afirmó el Pontífice.

La tradicional oración del Angelus ha sido el único acto público realizado hasta hoy por Benedicto XVI desde que el pasado 9 de julio comenzó sus vacaciones en la localidad italiana de Lorenzago de Cadore, en la cordillera de los Alpes Dolomitas, y donde descansará hasta el 27 de julio.

La ocasión sirvió al Papa para alabar las "maravillas de la naturaleza".

"Ante este espectáculo de prados, bosques y montañas que se elevan al cielo, surge espontáneo el deseo de agradecer a Dios por todas las maravillas que ha realizado, y mostrar admiración por estas bellezas naturales que se transforman fácilmente en oración", añadió.

Por otra parte, ha anunciado que el 20 de julio se publicará el mensaje para la XXII Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará el próximo año en Sydney, y animó a todos los jóvenes "a acudir numerosos" a este evento.

En esta semana de vacaciones, el Papa ha dado pequeños paseos por los alrededores de su residencia, además de visitar dos pequeñas iglesias cercanas, el santuario de la Virgen de Loreto, en Lozzo, y de San Antonio Abad, cerca de Villa Clarenza, y ha tenido un encuentro con el alcalde y representantes del ayuntamiento de Lorenzago.

El Centro televisivo del Vaticano difundió hoy algunas imágenes inéditas del Pontífice durante sus vacaciones.

En las imágenes se ve a Benedicto XVI hablando con algunos niños que se acercaron a saludarle, paseando por senderos y rezando el rosario en compañía de su secretario, George Genswein, y de su médico personal, Renato Buzzonetti.