Una de las ventajas del impresionante despliegue realizado por las televisiones para cubrir los encierros de San Fermín, fundamentalmente por parte de la Cuatro y TVE, consiste en ver circunstancias hasta ahora desapercibidas.

Una de ellas es la presencia de mujeres corriendo delante, al lado o detrás de los toros, como lo hacen los demás corredores. Aunque desde hace años se conoce la existencia de chicas en este hito sanferminero, ha sido en esta edición de 2007 cuando las cámaras de televisión les han prestado mayor atención.

Pocas mujeres

Es verdad que todavía su número es muy escaso en relación con los miles de hombres participantes, pero a las mujeres se les ha podido ver en todos los tramos importantes del trayecto: en la peligrosa Cuesta de Santo Domingo; en la apertura de la Plaza Consistorial; en la claustrofóbica calle Estafeta; en la veloz curva de Telefónica, y, finalmente, en las angosturas del Callejón, por el que se accede al coso taurino.

Han participado mujeres de Pamplona, fundamentalmente jóvenes. Se ha podido ver a algunas de las numerosas inmigrantes latinoamericanas que trabajan en el servicio doméstico de la capital navarra. Y también han corrido extranjeras, como la norteamericana entrevistada por TVE, a la que la Policía Municipal "confiscó" el casco que se había comprado como medida de seguridad.

Situaciones peligrosas

Incluso se les ha visto y fotografiado en situaciones realmente peligrosas. Por ejemplo, una mujer quedó el día 12 en una posición comprometida junto al vallado, pero dentro del trayecto, cuando "Universal", un toro de la ganadería Domecq, se revolvió contra los corredores en la Plaza del Ayuntamiento. Otro día también se pudo ver una joven, que no había sabido apartarse a tiempo, a punto de ser arrollada por un toro suelto al llegar a la Plaza de Toros.

La realidad es que la mujer puede participar en los encierros de Pamplona desde hace casi tres décadas. Por esta razón, ha creado perplejidad en los ambientes sanfermineros la profusa difusión por internet de una noticia en la que un grupo de mujeres reclama la instauración de encierros femeninos usando vacas en vez de toros bravos.

Antiguos problemas

Los últimos problemas relacionados con la antigua prohibición de que las mujeres corrieran en el encierro datan de 1975. Aquel año, dos jóvenes, una feminista local, Mariví Mendiburu, y la entonces corresponsal de la revista Cambio 16, Alicia Rivas, consiguieron realizar la carrera que se habían propuesto. Para ello contaron con un "piquete" de protección, integrado por corredores masculinos, ante la posibilidad de que otros mozos las "expulsaran" del recorrido, como solía ser tradicional. Pese a los fundados temores de que esto ocurriera, nadie les molestó.

A partir de entonces, tanto esta práctica como la restrictiva norma municipal que les impedía correr quedaron sin efecto. En estos treinta años no se tiene constancia de graves incidentes por este motivo, como era normal durante los años 60, década en que varias mujeres intentaron, infructuosamente, ponerse también en este terreno a la altura de los hombres.

En la actualidad, el dilema de ir o no delante de las astas solamente depende de la decisión de las mujeres que deseen hacerlo.