El empresario acusado por el doble crimen de Càlig niega haber encargado o pagado la muerte de su examante

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El empresario gallego acusado encargar la muerte de Yalennys Valero -con la que supuestamente mantuvo una relación sentimental- y Juan Manuel Mata -amigo de la joven- ocurrida en junio de 2005 en la localidad castellonense de Càlig, ha declarado ante el juez que, "por supuesto", él no ordenó la muerte de la mujer ni pagó por ella.

El acusado, I.L.H., ha reconocido en la primera sesión del juicio con jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Castellón que le unía una relación de amistad con Yalennys Valero, a la que ayudó a venir de Cuba a España, y con la que, además, mantenía relaciones sexuales porque querían los dos, según ha aseverado.

El fiscal y las acusaciones particulares piden por el doble asesinato 52 años de prisión para I.L.H., como inductor, los mismos que para el otro acusado, M.A.M.J., como cooperador necesario. Por estos mismos hechos ya fue condenado E.P.R. a 44 años y 12 de prisión como autor material de los asesinatos. Las defensas, por su parte, solicitan la libre absolución de sus representados.

Según el escrito de conclusiones provisionales del ministerio público, I.L.H. conoció a Yalennys Valero en Cuba, de la que se enamoró y con la que inició una relación sentimental. A finales de 1998 la trajo a España, donde le facilitó un ático en Santiago de Compostela. No obstante, transcurrido unos meses ella decidió volver a Cuba.

En 2003, el empresario retomó su relación con la mujer, fuera de su matrimonio, de modo que le facilitó un piso en Benicarló (Castellón), un vehículo, un puesto de trabajo y le abrió una cuenta con 6.923,20 euros, en la que le fue ingresando dinero periódicamente.

A partir de entonces, el acusado viajó frecuentemente a Benicarló para estar con Yalennys Valero y facilitó la llegada a España de su madre y de una de sus hermanas, a quien incluso arregló un matrimonio de conveniencia para regularizar la residencia de la víctima en España.

Fuerte control

Ambas hermanas se pusieron a vivir juntas en Benicarló y a partir de entonces, según el fiscal, el empresario ejerció un fuerte control sobre ambas, llegando a amenazar a chicos que se relacionaban con Yalennys. Entonces, la víctima comunicó al acusado su voluntad de terminar la relación, aunque éste la convenció para que fuese a Italia a ver a otra hermana para que recapacitase.

Según el ministerio público, Yalennys Valero viajó a Italia y, debido al miedo que tenía al empresario y previendo lo que podía pasar, dejó a su hermana una carta en la que señalaba que si en el futuro le sucedía algo, el único culpable sería el acusado. No obstante, continuaron la relación hasta que a finales de 2004 la mujer decidió romperla definitivamente, por lo que él, "despechado, enfurecido y humillado", decidió acabar con la vida de las hermanas, para lo que contrató a unos sicarios.

Para ello, contactó con el otro acusado, a quien encargó que, a cambio de dinero, procediera a la ejecución de ambas. De esta forma, M.A.M.J. contactó con E.P.R. y ambos vigilaron la vivienda de las mujeres hasta que cumplieron el encargo en junio de 2005. La noche del 11 al 12 de junio, E.P.R., junto con otra u otras personas, accedió a dicha vivienda y cuando Yalennys Valero, tras sufrir un accidente de tráfico, llegó a casa con un amigo, les mataron tras disparales en la cabeza.

A preguntas del fiscal, el empresario ha indicado que tras conocer a Yalennys Valero en una sala de fiestas en La Habana, ayudó a ella y a su marido a venir a España, aunque finalmente él no pudo porque fue detenido en Cuba. Posteriormente se enteró que ella ejercía la prostitución y que su marido la explotaba como "chulo".

Así, ha reconocido que en 1999 prestó un apartamento a Yalennys Valero durante unos meses en Santiago de Compostela hasta que ella regresó a Cuba. Según ha dicho, hasta 2003 no la volvió a ver, hasta que ella le volvió a pedir ayuda para ir a Italia, por lo que le tramitó un contrato de trabajo en España y le dejó una casa en Benicarló, así como un coche y un ordenador para el trabajo.

El acusado, que frecuentaba Benicarló todos los meses por asuntos de trabajo, ha señalado que aprovechaba para ver a la mujer, con la que "normalmente" mantenía relaciones sexuales por las que ya no le pagaba, sino que le ayudaba a comprar cosas.

"no era mi amante"

Así, preguntado por el fiscal si la mujer era su amante, lo ha negado, diciendo que "no estaba enamorado", y ha respondido que era una amiga a la que apreciaba mucho y se acostaba con ella "a veces". "Era una amiga con derecho a roce", ha dicho.

El acusado también ha negado que vigilase o presionase a la mujer para que permaneciese a su lado, así como que amenazase a alguna de sus amistades. Así mismo, ha señalado que avaló la compra de un piso que adquirió Yalennys Valero en Benicarló y que iba a pagar su hermana, aunque finalmente acabó quedándoselo él.

El empresario, que ha reconocido ante el juez ser un "golfo", pues en aquella época mantenía otra relación extramatrimonial con otra mujer con la que tuvo un hijo, ha indicado que fue él quien decidió romper la relación con Yalennys Valero porque "las cosas se habían deteriorado, me podía complicar la vida y creía que ya había pasado un tiempo prudente para ayudarla".

Preguntado por la carta que dejó la víctima a su hermana en la que señalaba que si le pasaba algo el culpable sería él, el acusado ha indicado no saber las causas, "pues manteníamos una relación fantástica".

Finalmente, el empresario ha asegurado no conocer de nada al otro acusado ni al condenado por las muertes, así como que ni encargó la muerte de Yalennys Valero ni pagó por ella. El juicio continuará el próximo lunes.

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